Fuente: www.unl.edu.ar
Los acuíferos guardan los indicios que permiten a los científicos reconstruir escenarios climáticos..Una investigadora de la UNL y el Conicet lidera el grupo de trabajo en Latinoamérica para la UNESCO.

Los cambios del clima van dejando huellas en el ambiente. Las aguas subterráneas, principal reserva de agua dulce del planeta, constituyen uno de los elementos de la naturaleza que aloja esos indicios, a partir de los cuales es posible construir escenarios climáticos del pasado con rigor científico.
Este aspecto del recurso es abordado en el proyecto “Geosciences in the water cycle: Groundwater Global Paleoclimate Signals” que se desarrolla a nivel mundial, en el marco del Programa Internacional de Geociencias de la UNESCO. Grupos de investigadores de los cinco continentes trabajan en la recopilación de información paleoclimática existente y en la obtención de nuevos datos que brinda el agua de recarga de sistemas acuíferos regionales, con el propósito de correlacionarlos a escala global. 
“Sobre la base de la edad del agua de recarga de un acuífero, esto es, desde que precipita y comienza su recorrido hacia el sistema, así como de los sedimentos en los que se encuentra alojado, podremos dilucidar las condiciones climáticas que existían en ese momento”, explicó Ofelia Tujchneider, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del CONICET.

Convocatoria de expertos
Tujchneider, por su vasta experiencia en el estudio de aguas subterráneas, fue invitada por la Unesco para organizar y coordinar el equipo de trabajo de Latinoamérica, conformado por el Grupo de Investigaciones Geohidrólógicas de la FICH –integrado por Marta Paris, Marcela Pérez y Mónica D´Elia– y prestigiosos especialistas de Argentina, Uruguay y Brasil. 
“Nos sentimos sumamente honrados por haber sido invitados a participar en este desafío y estamos muy satisfechos por la aprobación de nuestra propuesta de trabajo, ya que las evaluaciones del Programa de Geociencias de la UNESCO son extremadamente rigurosas”, expresó la especialista. 
Los resultados de este trabajo no sólo contribuirán al estudio de la variabilidad climática y a la predicción de la vulnerabilidad de sistemas de aguas subterráneas bajo posibles condiciones climáticas adversas, sino también al diseño de políticas que apunten a una adecuada gestión y protección del recurso. “Al determinar la edad del agua de recarga de un acuífero utilizado para abastecimiento humano, también es posible evaluar en qué medida esta reserva se está usando racionalmente”, subrayó.

En marcha
El proyecto, que tiene una duración de cinco años, comenzó sus actividades en mayo. En esta primera instancia, se están estudiando acuíferos emblemáticos de cada continente: del Noroeste del Sahara, High Plains de América del Norte, de las Planicies del Norte de China, Artesiano de la Cuenca del Báltico, de la Gran Cuenca Artesiana de Oceanía y de la Cuenca de Sidney. 
En el caso de Latinoamérica, el ejemplo seleccionado fue el Sistema Acuífero Guaraní. No obstante, aclaró Tujchneider, se sumarán otros acuíferos relevantes como el Yrendá-Toba-Tarijeño.
A respecto, la experta señaló que el grupo que dirige en la FICH fue pionero en este tipo de investigación que busca establecer, a través de la utilización de técnicas isotópicas articuladas con la estratigrafía, una cronología del agua subterránea. 
“Comenzamos a trabajar con acuíferos de la zona central de la provincia de Entre Ríos, en la década de los 80. Asimismo, en una investigación cuyos resultados fueron publicados en 1998, en el libro Acuíferos regionales en América Latina. Sistema Acuífero Guaraní. Capítulo argentino-uruguayo, analizamos las características del agua de recarga de dicho sistema en el corredor termal argentino-uruguayo y pudimos corroborar que el clima que existía en el momento en que el agua precipitó poseía temperaturas medias menores al actual”, cerró Tujchneider.