Leandro Lacoa (Agencia CTyS) - En la actualidad, los nuevos desarrollos científicos hacen ver a la más rápida de las PC como Gulliver ante los pobladores de Liliput. Es que con la nanotecnología, la ciencia de la miniatura, el tamaño de los dispositivos electrónicos ha llegado a niveles inimaginados.
Así como las dimensiones del curioso pueblo de Liliput no superaban los 15 centímetros de altura y todo aparecía ante sus pobladores como un monstruoso gigante, los nuevos artefactos microelectrónicos se miden en nanómetros, es decir, en millonésimas partes de un milímetro.
De esta manera, se obtienen tecnologías más eficaces, como es el caso del chip creado por el grupo de Microelectrónica de la Universidad Nacional del Sur (UNS), que se caracteriza por ser 3D, lo que significa que está formado por un conjunto de microprocesadores nanométricos interconectados.
El artefacto es ocho veces más pequeño que una moneda de cinco centavos y, aunque pequeño, tiene un poder asombroso. Aplicado a una cámara digital puede capturar imágenes y procesarlas a una tasa de miles de cuadros por segundo, mientras que una cámara normal, sólo capta unos cincuenta cuadros por segundo y no realiza ningún análisis sobre el video grabado.
En diálogo con la Agencia CTyS, el investigador del CONICET Pedro Julián explicó que “el chip, que podría aplicarse en micro-cámaras inteligentes, sería capaz de observar una escena e identificar situaciones para, por ejemplo, ayudar en la navegación asistida de robots, vehículos y personas; o prevenir accidentes en calles, rutas, o ambientes laborales”.
Construyendo un edificio
La tecnología de chips 3D permite literalmente “apilar” circuitos integrados convencionales e interconectarlos entre sí, como si fuera un edificio pero a pequeña escala.
Entonces, si los primeros microprocesadores eran como una casa que alojaban pocas personas (transistores), los actuales chips son como edificios muy habitados con ascensores que en vez de unir piso con piso, conecta a las personas entre sí.
“Además tienen la ventaja adicional de que los chips que constituyen cada uno de los ‘pisos’ del 3D pueden ser de distintas tecnologías especializadas, por ejemplo, para comunicaciones, para memoria, para procesamiento o para sensores”, agrega Julián.
Investigación estratégica
Para el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el CONICET y la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires los estudios de microelectrónica se volvieron una prioridad, debido a que Argentina tiene un déficit de 9.000 millones de dólares en la comparación entre las importaciones y las exportaciones de este tipo de tecnología.
No obstante, Argentina tiene la capacidad de diseñar chips sofisticados como los empleados en netbooks, smartphones y procesadores para TV interactiva para poder incursionar en un negocio global de gran valor agregado. “Esto es posible sin necesidad de construir ninguna fábrica. Solo con gente muy preparada, ingenio, computadoras y las herramientas adecuadas de software”, asegura Julián.