Desde hace tres años se miden en Argentina gases de efecto
invernadero. Estos datos no existían en el país y para estimarlos, hasta
ahora, sólo podían consultarse valores determinados en el exterior por
el Panel Intergubernamental de Cambio Climático. El trabajo, llevado
adelante por investigadores de la Facultad de Agronomía, apunta a medir a
campo las emisiones de óxido nitroso (N2O) en sistemas agrícolas
basados en siembra directa, un gas que tiene un poder de calentamiento
310 veces mayor que el dióxido de carbono (CO2).
Los primeros resultados evidencian que las emisiones de este gas
generadas por nuestro país serían inferiores a las que establece la
metodología del IPCC. Si esto fuera así, disminuiría la huella ambiental
de nuestros productos agropecuarios.
Según los cálculos del IPCC, Argentina ocupa el puesto número 33 en el
ranking mundial de países emisores de gases de efecto invernadero. El
sector agropecuario aportaría el 44% de las emisiones (21% por la
agricultura y 23% por la ganadería). “No obstante, Argentina no posee
factores locales de emisión de gases, en especial de N2O, que es el
principal gas emitido por los suelos agrícolas”, señaló a
InfoUniversidades Miguel Taboada, director de suelos de INTA Castelar y
profesor asociado de la Facultad de Agronomía.
“Como en Argentina no teníamos números precisos sobre cuánto óxido
nitroso emiten nuestros sistemas productivos y cómo impactan estos gases
a nivel local, decidimos obtener datos propios”, apuntó Carina Álvarez,
otra de las investigadoras que participó del proyecto, y agregó que en
los estudios también colaboraron investigadores brasileños de EMBRAPA
Agrobiología, que tenían experiencia en hacer las mediciones a campo.
Las primeras determinaciones se realizaron en Brasil. Luego, la
metodología se ajustó a Argentina y se implementó en el laboratorio de
Servicios Analíticos Especiales de la facultad. “No fue fácil: demoramos
entre seis meses y un año en calibrar el equipo que utilizamos para
medir cantidades pequeñas de nitroso que se emiten desde el suelo”,
aseguró Álvarez.
Tras este período de trabajo, las experimentaciones se trasladaron al
campo, donde las tesistas de posgrado Vanina Cosentino y Carolina
Álvarez utilizaron cámaras para retener los gases emitidos desde el
suelo. Después los recolectaron en pequeñas cantidades con bombas de
vacío y los transportaron hasta los laboratorios, donde se determinaron
los valores de N2O que emite el suelo. Con esta metodología se
realizaron mediciones de siembra directa durante dos años en la
provincia de Buenos Aires, en el ciclo de trigo (en invierno, cuando las
emisiones de N2O son bajas) y en las campañas de maíz y soja, cuando se
obtienen registros mayores.
También se trabajó en la región semiárida pampeana, en Córdoba. En esta
zona mediterránea se observó que, en principio, los valores son mucho
menores respecto de las tasas que se tomaron desde el IPCC. El trabajo
determinó que los sistemas en siembra directa presentan emisiones
menores que en las situaciones bajo laboreo.
Según Taboada, de acuerdo con la Segunda Comunicación Nacional del IPCC,
entre las campañas 2000/01 y 2005/06 las emisiones de N2O de la
Argentina, calculadas según factores foráneos, subieron 0,5 kg/ha por
año (de 2,5 a 3 kg/ha por año), sobre todo por el aumento de área
sembrada de soja. No obstante, “es esperable que los valores de estas
emisiones desciendan en las próximas comunicaciones, porque la nueva
metodología a incorporar por el IPCC hace bajar la emisión potencial de
gases por cultivos leguminosos, como la soja. En segundo lugar, cuando
dispongamos de factores propios medidos, es probable que muestren
emisiones menores a las estimadas”, adelantó el experto.
Nuestro país posee una de las mayores áreas sembradas con siembra
directa en el mundo (con 18 millones de hectáreas), detrás de EEUU y
Brasil, es por esto que las mediciones a campo permitirán afinar los
números de Argentina y negociar mejor ante el IPCC con datos reales. No
obstante, para que los datos se consoliden y puedan ser incorporados a
este panel, es necesario continuar con las mediciones.