“Hay dos formas de ver la inteligencia artificial. La más humana es
tratar de ver cómo funciona el cerebro de una persona para replicarlo
de manera computacional. La otra es tratar de que las máquinas adquieran
algunas características que, cuando las muestra un ser humano, uno lo
reconoce como inteligente”, explica el doctor Guillermo Simari,
coordinador de la Comisión Asesora de Informática del Conicet e
investigador en temas de argumentación en inteligencia artificial.
Esta rama de la computación está presente hoy prácticamente en todos los
procesos que utilizan computadoras. “Un ejemplo son los buscadores de
Internet, que a través de algoritmos que incorporan técnicas de
inteligencia artificial, hacen las búsquedas más acotadas dentro de un
contexto, y las muestran de manera apropiada y ajustada a una consulta”,
agrega el doctor Carlos Chesñevar. “Esa es una manera de lograr un
comportamiento ‘inteligente’ por parte de una máquina”.
Ambos investigadores desarrollan su tarea en el departamento de Ciencias
e Ingeniería de la Computación, en un campo pionero en Argentina, e
integran uno de los grupos más avanzados del mundo en argumentación. Sus
desarrollos forman parte de distintas aplicaciones, y llegaron incluso
hasta Facebook, la red social que ya cuenta con 700 millones de usuarios
en el mundo.
“La argumentación es un mecanismo de razonamiento y un aspecto vital del
comportamiento inteligente en seres humanos. Provee de un medio para
comparar la información y analizar razones a favor y en contra al
momento de tomar una decisión. La formalización de la argumentación en
un entorno computacional se ha transformado en un tópico de creciente
interés en inteligencia artificial en la última década”, explicaron los
entrevistados.
“Desde una perspectiva computacional, la argumentación involucra razonar
con incerteza, utilizar la lógica para formalizar la presentación de
argumentos y contraargumentos, y tratar información en conflicto”,
agregaron.
Según indicó Simari -investigador pionero en la temática y uno de los
editores responsables de la revista “Argumentation & Computation”,
del Reino Unido-, “es el mismo sistema que se aprecia en un juicio. De
hecho, una de las aplicaciones de la argumentación en inteligencia
artificial es el jurídico, para simular posibles escenarios ante
determinadas situaciones”. Otra aplicación frecuente son los
diagnósticos médicos. “Lo que hacen las máquinas, en general, es
potenciar una habilidad humana. Los sistemas inteligentes potencian la
capacidad humana para razonar, evaluar información, y sugerir
conclusiones”, indicó.
Tal como explica el científico, la argumentación es un mecanismo muy
cercano a como razonan los seres humanos, y por ello tiene aplicaciones
más directas que otras investigaciones en inteligencia artificial
basadas sólo en la lógica matemática.
Desde Bahía Blanca hasta Palo Alto
Uno de los usos concretos de los desarrollos llevados a cabo por el
laboratorio de Investigación y Desarrollo en Inteligencia artificial que
dirige Simari fue utilizado para desarrollar una aplicación
“inteligente” para la red social Facebook. “Recientemente tomamos
conocimiento de que Boris Galitsky, un investigador ruso, elaboró una
aplicación en la empresa norteamericana Zvents, por la que, de acuerdo a
los eventos que le gustan a nuestros amigos, cataloga y muestra los que
podrían gustarnos a nosotros, a partir de argumentos a favor y en
contra de elegir uno de ellos”, explica el doctor Chesñevar.
Este investigador se mudó a Palo Alto (en California, sede de las
principales empresas de software del mundo) y comenzó allí
emprendimientos de software que han sido patentados como innovadores.
Para ellos utilizó como base el sistema de argumentación elaborado por
el laboratorio bahiense sobre la base de la tesis doctoral de uno de sus
investigadores, el doctor Alejandro García.
Inteligencia artificial: un área promisoria en la Argentina
El grupo de investigación dirigido por Guillermo Simari trabaja desde
1993 en argumentación y sus aplicaciones, antes de que la temática
cobrara el impacto internacional que tuvo en la última década. En el
laboratorio bahiense se consolidó un núcleo de científicos y becarios
abocados al tema, con cooperación internacional con universidades de
Reino Unido, Italia, Portugal, España, Hungría y Alemania.
La investigación en Inteligencia artificial ha crecido en los últimos
años en Argentina, y a partir del trabajo pionero del grupo bahiense se
convirtió en un centro nacional de relevancia en esta temática. Una
muestra de la consolidación del área es el hecho de que en 2010 se
celebró en Bahía Blanca la Conferencia Iberoamericana en Inteligencia
artificial (Iberamia), mientras que en 2015 se celebrará en Buenos Aires
la Conferencia Internacional de Inteligencia Artificial (IJCAI), que
tendrá lugar por primera vez en la historia en un país latinoamericano, y
donde los investigadores bahienses tendrán una fuerte participación en
la organización del evento.