María Florencia Alcaraz (Agencia CTyS)- Entre caminos de tierra colorada, el agua brota de múltiples vertientes y manantiales naturales desde donde los campesinos se abastecen para el consumo familiar. El agua se ve limpia y sin olor, y, como ya es una costumbre, la siguen consumiendo sin saber que es la fuente de las enfermedades de sus hijos. El agua no es potable en el Paraje “El Pesado” de Misiones.
La demanda de la comunidad llega a la Coordinación de tecnologías de apropiación colectiva del INTI, desde la Unidad de Extensión de Puerto Iguazú, a partir de un diagnóstico de los médicos del Hospital San Antonio de esa provincia que detectaron un crecimiento de los casos de parasitosis y de pacientes con problemas gastrointestinales, especialmente niños. A partir de la firma de un convenio con el Hospital y el INTI las instituciones acordaron abordar la problemática de la situación sanitaria y el saneamiento del agua.
“Había que buscar una respuesta por el lado del saneamiento porque no podía ser que los chicos cada 6 meses tenían que ser desparasitados como si fueran un rebaño de ganado”, explica el Ingeniero Jorge Paez de INTI Misiones.
Las vertientes o pozos de los cuales los campesinos obtienen el agua se abastecen de napas superficiales. La clave para entender la contaminación de estas vertientes con Escherichia coli y otros contaminantes, se encuentra en los sistemas sanitarios. Se trata de letrinas que son pozos excavados en la tierra, sin aislamiento en las paredes, ni en el piso, lo que permite filtraciones de manera constante y así se contaminan las napas de agua y los suelos; y por ende el agua que se consume.
Los especialistas encontraron una solución en el diseño de un dispositivo que había sido crerado por técnicos del INTI de Buenos Aires que investigaban la desinfección de aguas para riego por Luz Ultravioleta (UV), en el marco del Programa de Extensión Social y Territorial y Coordinación de Transferencia de Conocimientos de Apropiación Colectiva. De esta manera el equipo se adaptó a las necesidades de la comunidad de Misiones.
Un equipo sencillo y económico
En diálogo con la Agencia CTyS, Gabriel Rodríguez, uno de los técnicos del INTI que desarrolló el dispositivo, relata cómo fue el proceso de construcción: “Primero averiguamos en el mercado qué equipos había disponibles, porque la mayoría se importan y son muy caros. Viendo eso armamos el mismo equipo pero a precio de costo, reduciendo 8 veces los valores”.
El equipo desinfecta el agua mediante cuatro tubos fluorescentes de UV-C que van sobre el canal de agua y puede desinfectar 3.600 litros/hora. “El diseño tiene forma de canal, con el tubo alejado para que no esté en contacto con el agua. Tiene una canaleta que se pensó para evitar el uso de cuarzo, porque sólo había dos proveedores en todo el país y era muy caro”, asegura el especialista del INTI.
Además de ser fácil de instalar y de bajo costo, el dispositivo desinfecta a partir de la aplicación de la luz UV. “Por el conocimiento de la bibliografia sabíamos que este método disminuía cualquier tipo de carga microbiana, lo que restaba era probar el rendimiento del equipo”, explica Rodríguez.
La luz ultravioleta desinfecta sin agregados de otras sustancias, es por eso que no presenta inconvenientes para el consumo, el tratamiento de alimentos, la higiene personal o el regado. “Mata las bacterias y virus por modificación de su material genético, previniendo así la replicación. Por eso, su efectividad está en la dosis recibida que depende, a su vez, de la intensidad de la luz y del tiempo de contacto. La dosis UV necesaria para asegurar una inactivación del 99% depende del tipo de microorganismo presente en el agua. Por eso sobredimensionamos en el equipo la dosis sobre la información conocida de los organismos indeseables más habituales”, amplía el experto.
El Centro INTI Química realizó distintas pruebas con agua del Río Reconquista de la ciudad de Tigre, provincia de Buenos Aires, demostrando que de 5500 UFC/ml (unidades formadoras de colonias) se pasó a menos de 30 UFC/ml con la intervención del aparato. Es decir, la reducción de la carga microbiana alcanzaba niveles óptimos.
El equipo fue recientemente instalado en un espacio comunitario cercano al Paraje “El Pesado”, en Misiones y, en una primera etapa, abastecerá a 15 familias de la zona además de la escuela rural donde asisten 130 niños todos los días. Para acompañar la implementación del dispositivo en la comunidad se está trabajando con promotores de salud que abordarán la concientización sobre el uso de esta tecnología.
El horizonte del proyecto es que los aparatos puedan construirse en Misiones por la misma mano de obra local, así como replicar la experiencia en otros lugares del país. Para ello, los investigadores del INTI están trabajando en la realización de un manual de autoconstrucción del equipo. El objetivo es socializar la tecnología desarrollada en busca de la apropiación colectiva.