Fuente: http://www.ctys.com.ar
El INTI prueba un tipo de pararrayos, diferente al creado por el norteamericano Benjamin Franklin, que puede atraer a los rayos en menos de un segundo, para evitar la muerte de personas durante las tormentas eléctricas. Agencia CTyS (Leandro Lacoa) -”El Laboratorio de Alta Tensión del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrolló un equipamiento para ensayar un determinado tipo de pararrayos que aparecieron en el mercado internacional hace 20 años y se conocen como pararrayos con dispositivo de cebado o activos”, explicó el doctor Mario Pecorelli, quien dirige el Laboratorio junto con el ingeniero José Luis Casais.

Este tipo de pararrayos tiene la capacidad de activarse en el momento en que se produce una amenaza de descarga atmosférica en la región donde se encuentra instalado.

En este sentido, esta tecnología constituye una mejora respecto de los pararrayos tradicionales, conocidos como puntas FRANKLIN, por el poder de captación de las descargas, lo que trae aparejado una mayor seguridad.

Estos pararrayos tienen un radio de captación mayor, por lo que se necesita instalar una menor cantidad para proteger iguales superficies, con la consecuente disminución del costo de instalación.

En el INTI se ha realizado el diseño y montaje de un equipo destinado a la evaluación de los pararrayos activos, que pudo concretarse con componentes existentes en el Laboratorio de Alta Tensión y con otros que incorporó la firma fabricante que pidió la evaluación del artefacto.

Los ensayos de evaluación de pararrayos se realizan en nuestro país desde 1998, en el único Laboratorio de Alta Tensión que existe en Latinoamérica  con capacidad para realizarlos, de acuerdo a las normas nacionales (IRAM) e internacionales (norma francesa NFC 17-102, de Julio de 1995). Estos ensayos fueron efectuados sobre pararrayos de firmas argentinas y de países como Francia, Perú, Bolivia y Uruguay.

Rayos de laboratorio vs. rayos reales

Para comprobar la eficacia de los pararrayos antes de su instalación, se debe recrear en un laboratorio el impacto de un rayo eléctrico, a través de un equipo que forma una nube artificial a la que se aplica tensión. Sin embargo, la diferencia con la realidad es abismal.

En algunos laboratorios del mundo, antes de 1998, se hacían pruebas con rayos de apenas 500.000 Voltios comparados con los más de 100 millones de Voltios que tiene el rayo de una tormenta común.

Ese año, el INTI decidió duplicar la tensión para generar un rayo más poderoso, que pueda aumentar la descarga sobre el pararrayos. Por eso, los profesionales del Laboratorio diseñaron un nuevo circuito, que logró formar un rayo de mayor magnitud.

Con esta novedosa mejora, el generador de rayos eléctricos estaba listo para nuevas pruebas de los pararrayos activos. Pero pese al éxito de los ensayos, la tensión de descarga del rayo artificial sigue siendo por lo menos la centésima parte en comparación con un rayo real.

Las pruebas del nuevo pararrayos

Otro factor para analizar es la distancia que recorre un rayo en el laboratorio, que sólo transita 2 metros como máximo; mientras que, entre una nube y la superficie de la tierra, hay 2.000 metros. En esa distancia se genera una especie de camino invisible, conocido como “trazador descendente”.

”Cuando este trazador descendente baja de la nube, y está próximo a la tierra, el campo eléctrico que genera por estar cerca del plano de tierra hace que muchos objetos altos como árboles, edificios y hasta personas, sean capaces de lanzar un “trazador ascendente” y recibir la descarga eléctrica del rayo, explicó el especialista del INTI.

Todo este proceso se recreó en el laboratorio y se lograron resultados exitosos. Por su característica tecnológica, los nuevos pararrayos pueden enviar un trazador ascendente antes que cualquier otro objeto y atraer al rayo evitando su descarga en cualquier otro sitio.

¿Qué hacer durante una tormenta?

Los expertos advierten que siempre hay un “pequeño” porcentaje de falla, porque los rayos son imprevisibles para la ciencia, por lo que conviene tomar precauciones, independientemente al uso de pararrayos.

En esta línea, el INTI aconseja que, durante una tormenta eléctrica, no se debe salir de la casa ni permanecer fuera de ella. De no ser posible, se debe buscar refugio en sitios alejados de puertas y ventanas abiertas, en espacios bajo tierra, tales como subterráneos y túneles o dentro de automóviles, trenes u otros vehículos con techos y carrocerías metálicas.

Asimismo, recomiendan evitar refugiarse bajo cobertizos o tinglados, carpas, toldos, automóviles de techo no metálico o descubiertos, remolques u acoplados abiertos o no metálicos.

En tanto, advierten que, ante posible caída de rayos, no se recomienda estar en cimas o laderas de colinas o lomas; en azoteas de edificios; cerca de puertas o ventanas abiertas, chimeneas, cañerías; en piscinas, lagos, costas; en campos abiertos, campos deportivos, campos de golf, playas de estacionamiento o canchas de tenis; y cerca de árboles aislados, alambrados, cables aéreos en general, vías ferroviarias, líneas eléctricas o telefónicas, molinos, rejas de metal.