El aumento en la contaminación del aire ha convertido al control de la polución
en uno de los objetivos prioritarios para analizar desde la
investigación, el desarrollo de tecnologías y la puesta en marcha de
regulaciones ambientales. Así lo entienden investigadores de la
Universidad de Río Cuarto que llevan adelante un estudio de viabilidad
técnica para la solución de esta problemática medioambiental que las
empresas contaminantes deben afrontar.
Entre los contaminantes del aire más comunes se encuentran los llamados
“Compuestos Orgánicos Volátiles” (COVs), que son emitidos tanto por
empresas de gran envergadura, tales como industrias químicas y
petroquímicas, como por pequeñas fuentes de contaminación ambiental
(emanaciones de chimeneas de las frituras de restaurantes, rotiserías,
solventes de talleres de pintura, etc.). Estos compuestos también son
provocados por los contaminantes provenientes de los medios de
transporte urbano.
Por otra parte, los COVs son muy peligrosos debido a su alta
volatilidad, persistencia en el aire y capacidad para viajar grandes
distancias desde sus puntos de emisión. Son agentes de efecto invernadero
más efectivos que el dióxido de carbono y poseen acción química nociva
propia, es decir, son promotores de enfermedades identificadas con el
cáncer, afecciones respiratorias y enfermedades neuronales.
La investigación se ocupa de un caso específico: el de los compuestos químicos acetato de etilo y etanol,
emitidos por empresas que imprimen envases flexibles. A partir de los
estudios realizados “se concluyó que la oxidación catalítica es una
buena opción para el tratamiento de los COVs, tanto por la eficiencia
del proceso como por sus costos. Se propone la utilización de reactores
monolíticos para llevar a cabo la oxidación catalítica utilizando un
promisorio catalizador de Mn y Cu desarrollado en nuestro país
(Universidad Nacional de San Luis) con altas probabilidades de
convertirse en un producto de importante poder competitivo frente a los
importados”, indicó a InfoUniversidades la doctora María Prámparo, a
cargo de la investigación.
Los COVs pueden generar oxidantes fotoquímicos, el ozono entre ellos, ante la presencia de óxidos de nitrógeno (proveniente de la oxidación del nitrógeno del aire) y de radiación ultravioleta
(UV). La presencia de ozono en la atmósfera baja (tropósfera), incluso
en concentraciones muy bajas, favorece las enfermedades respiratorias,
como por ejemplo el asma, afecta a la producción agrícola e incrementa
los efectos nocivos del smog fotoquímico ya que es uno de sus
principales constituyentes.
Prámparo destacó que el catalizador empleado en el estudio está
compuesto por elementos amigos del medio ambiente, es decir, no
contaminantes ni destructivos. Sus componentes son “elementos naturales
de los suelos arcillosos y no generan problemas ambientales para su
deposición”, lo que constituye “una ventaja ecológica. De hecho, podrían
utilizarse en la elaboración de abonos para suelos”.
“El trabajo se basa en un estudio teórico-experimental del
comportamiento cinético del catalizador propuesto y el modelado,
simulación y optimización de la tecnología de control de los
contaminantes, que requirió una profundización sobre las tecnologías que
intervienen a partir de un aporte matemático y computacional” indicó la
investigadora.
Y agregó que “se llevó a cabo un análisis del sistema integrado reactor
monolítico-intercambiador de calor, con la incorporación de un quemador
adicional. El modelo matemático
completo fue utilizado para estudiar la operación autotérmica del
reactor, y analizar la influencia de las principales variables
operativas sobre el funcionamiento del sistema integrado. Por último, se
empleó la alternativa de preconcentradores volumétricos, que aportaron
ventajas técnicas destacables al sistema ya que permitieron disminuir el
tamaño de los equipos y ahorrar combustible adicional”.
Trabajos experimentales futuros permitirán corroborar los resultados de
la simulación a escala prototipo e industrial (en actual desarrollo).
Por otra parte, y en el marco de este trabajo, se lleva a cabo un
proyecto con la empresa YPF para el tratamiento de control de polución
en sus instalaciones. La parte experimental fue realizada en el
Instituto de Investigaciones en Tecnología Química de la Universidad
Nacional de San Luis, lugar que cuenta con equipamiento altamente
especializado necesario.