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FUE HALLADA EN EL MATANZA-RIACHUELO
Estudian una microalga resistente a los metales pesados
Gracias a un sistema de defensa muy eficiente, la especie de microalga, Euglena gracilis, puede vivir en ambientes altamente contaminados. Los especialistas planean trasladar su potencial a la salud humana.
Gaspar Grieco (Agencia CTyS) -
Científicos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) comprobaron que una microalga aislada
de la contaminada cuenca Matanza-Riachuelo, denominada Euglena gracilis,
soporta altos niveles de metales pesados. Debido a la gran producción
de la sustancia de reserva que caracteriza a este grupo se está
estudiando la posibilidad de utilizarla como antitumoral.
Los
investigadores compararon una cepa aislada del río bonaerense con otra
donada por un centro de cultivo de algas (Universidad de Texas) y las
sometieron a altos niveles de cromo hexavalente, cadmio y cobre.
“Pudimos
observar que la exposición a concentraciones muy bajas afectaban a la
cepa proveniente del cepario provocando cambios a nivel metabólico y
morfológico, en comparación con la cepa aislada del Matanza, la cual
resistió concentraciones hasta 10 veces más altas”, cuenta a la Agencia
CTyS la doctora en Ciencias Biológicas e integrante del grupo de
investigación, Iara Rocchetta.
Según la Ley Nacional de Residuos
Peligrosos, los valores de cromo total permitidos para la preservación
de la vida acuática son de 2 microgramos por litro de agua. Sin embargo,
en los años 80, época en la que había una mayor actividad industrial
relacionada con curtiembres, se registraron valores en el río Matanza
cercanos a los 400 microgramos por litro (200 veces más de lo
permitido).
La bióloga informó que gracias a la versatilidad de
E. gracilis de poder crecer en condiciones tanto de luz (autotróficas)
como de oscuridad (heterotrófica) y de formar quistes cuando el medio no
es óptimo para su desarrollo, ésta especie pudo sobrevivir durante
períodos prolongados en ambientes muy contaminados como lo es la cuenca
Matanza-Riachuelo, adquiriendo cierta resistencia a los metales.
Estas
características la convierten en el único organismo que puede presentar
mecanismos parecidos a las plantas en condiciones de luz y a los
animales en condiciones de oscuridad. “Con un mismo organismo se pueden
estudiar caminos metabólicos distintos dependiendo las condiciones de
cultivo”, comenta Rocchetta.
Una de las aplicaciones prácticas
que los científicos sugieren para aprovechar su potencial es el uso de
la sustancia de reserva que posee este grupo de algas, el cual sirve
para estimular y reforzar el sistema inmune. “Se está tratando de
evaluar su actividad antitumoral en líneas celulares y se ha comprobado
un aumento en el sistema inmune en micro-invertebrados alimentados con
E. gracilis. Por otro lado, cultivos de estas microalgas ya se están
utilizando en alimentos balanceados para aves y cerdos”, aclara la
bióloga.
La ferocidad del cromo
En el
cause de un río afectado por efluentes industriales, el cromo vertido
puede estar presente en dos formas: el trivalente y el hexavalente. El
primero es insoluble, por lo que no se disuelve fácilmente en agua; el
segundo, en cambio, es altamente tóxico y soluble, por lo cual el
contacto con el agua lo vuelve extremadamente peligroso.
Cuando
este metal ingresa a una célula en su forma hexavalente, tiende a
reducirse a su forma más estable y menos tóxica, la trivalente,
generando especies iónicas intermedias altamente tóxicas. Ahí es cuando
se activa el sistema de defensa tratando de inmovilizar o expulsar el
metal de la célula. Cuando la concentración de metal es muy elevada y
supera la capacidad de defensa de la célula, se producen daños a nivel
metabólico y morfológico pudiendo provocar la muerte celular.
“Está
comprobada la citotoxidad del cromo, siendo la especie intermediaria
“cromo V” la mutagénica. La cepa de Euglena gracilis aislada del Matanza
posee un sistema de defensa más eficiente en comparación con la otra
cepa, permitiéndole tolerar altos niveles de metales”, explica
Rocchetta.
Hércules de las microalgas
Aunque
esta poderosísima alga es un organismo unicelular, su respuesta
metabólica es sorprendente, ya que produce mayores niveles de
antioxidantes en condiciones de estrés por metal en comparación con la
cepa proveniente de cepario.
“En condiciones normales, ambas
cepas expresan la misma cantidad de genes asociados al sistema de
defensa, pero cuando se las somete a una situación de estrés, la cepa
aislada del río Matanza es capaz de expresar tres veces más los genes
asociados al sistema de defensa antioxidante como lo es la enzima
Superóxido Dismutasa (SOD)”, detalla la bióloga.
Además de poseer
esta característica, la microalga del perturbado río bonaerense posee
la capacidad de generar mayor cantidad de sustancia de reserva
(paramilon), de donde obtiene su energía, cambiar la composición de
lípidos aumentando el contenido de aquellos de reserva (ácidos grasos
saturados) y de aislar el metal en vacuolas para evitar que el
contaminante dañe su ADN.
Así, gracias a su eficiente sistema de
defensa mediante mecanismos de detoxificación y una mayor expresión de
genes asociados a estrés, esta cepa de Euglena gracilis supo cómo
hacerle frente al cromo y sobrevivir a un ambiente tan hostil.