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Investigadores de la Facultad de Ciencia y Tecnología (FCyT) de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) realizan un estudio de la dinámica del fuego en ecosistemas de humedales del río Paraná. El proyecto se desarrolla en el Centro Regional de Geomática (CEREGEO), dependiente de la Facultad, y es cofinanciado con aportes provinciales, a través de uno de los programas a cargo de la Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación de Entre Ríos (ACTIER). El “Estudio de la dinámica del fuego en ecosistemas de humedales del complejo litoral del río Paraná mediante información satelital y de terreno”, como se denomina el proyecto, se lleva adelante con fondos del Primer Programa de Fortalecimiento de la Investigación y Desarrollo y la Ciencia en la Sociedad, gestionado por la ACTIER.

La directora de la ACTIER, Prof. Silvia Kupervaser, destacó el hecho de que el gobierno provincial financie estos proyectos y explicó que el programa “permite dar impulso y relevancia, en este caso particular, al estudio de un suceso que se percibe en aumento en ambientes asociados al tramo inferior del río Paraná”.

Por su parte, la subdirectora de la ACTIER, Ana Laffitte, señaló que “junto con los técnicos de la ACTIER, encargados de evaluar este proyecto para su financiación, consideramos oportuno centrar los esfuerzos en analizar lo que sucede con este tema en nuestro territorio provincial, es una problemática que los investigadores de la UADER han detectado como de alto impacto ambiental, social y político para la región”.

El proyecto

La investigación, planteada bajo tres ejes centrales, tiene como primer punto los estudios de cobertura de suelo, tendiente a generar una cartografía actualizada de modelos combustibles. Según informaron desde el equipo investigador, “el objetivo de la primer etapa es realizar una cartografía detallada y el desarrollo de metodologías. Los cambios que se dan en relación al manejo ganadero, además de su condición de ecosistemas sometidos a pulsos periódicos de sequía e inundación, hacen que los ambientes asociados al tramo inferior del río Paraná sean sistemas complejos, difíciles de estudiar”.

Al respecto, el director del CEREGEO de la FCyT y responsable de la investigación, Dr. Walter Sione, hizo notar que “muchas veces desde las imágenes no es simple identificar ese tipo de respuestas espectrales. Por ello es que se ha requerido -y en eso ha venido muy bien la financiación de ACTIER- un intensivo trabajo de campo y toma de muestras, para lo cual es fundamental disponer de apoyo económico”.

El segundo eje de la investigación está relacionado con el análisis histórico de puntos de calor, para lo cual “integrantes del equipo de investigación han estado enfocados en el último año al análisis de distintas fuentes de datos”, indicó Sione. Según aportó, “las fuentes de calor pueden ser -aunque no necesariamente- espacios donde hay incendios: un punto de calor es un área donde hay una anomalía térmica en relación al entorno, que después puede generar o no un incendio. Los sensores que utilizamos para la investigación detectan una anomalía térmica”.

En general, como el ecosistema de humedales del tramo inferior del río Paraná es un ambiente muy complejo, la investigación demandó desde el inicio el análisis de distintas fuentes de datos para “comparar y evaluar cuál funciona mejor en este tipo de ambiente y utilizarlo para zonificaciones, analizar cómo es la frecuencia de distribución de los puntos, en qué regiones ocurren incendios de manera más frecuente y si estos incendios se repiten en determinadas parcelas o regiones o si hay una distribución homogénea en todo el ambiente”, continuó Sione.

Los investigadores puntualizaron que “como hablamos de prácticas de manejo frecuentes para el ambiente, los incendios se repiten, por lo tanto vemos que hay determinados patrones a lo largo del paisaje que se van manteniendo en el tiempo”.

La tercera línea de trabajo está relacionada con la cartografía del área quemada: cuando ocurren los incendios también hay que tener información confiable y oportuna de cuál ha sido la superficie y la severidad de la quema.




El aporte de la ACTIER

Según señaló Sione, con el apoyo de ACTIER se logran diferencias significativas en el desarrollo del proyecto, posibilitando el trabajo de campo en un ambiente tan complejo, la movilidad y la formación de profesionales. “Con el programa se ha equipado el grupo de trabajo”, dijo Sione, y agregó que “las herramientas informáticas que se han podido comprar son de última generación, equipos potentes para procesar grandes volúmenes de datos y también se ha adquirido software para tal fin”. A esto se suma la formación de profesionales, “su capacitación y la posibilidad de que desarrollen sus tesinas de grado en el marco de este proyecto se facilitó con el apoyo de la ACTIER”, finalizó.

Equipo de trabajo


El equipo de trabajo está integrado por el Dr. Sione; la Mg. Pamela Zamboni, codirectora del proyecto; el Dr. Pablo Aceñolaza; la Lic. Estela Rodríguez, actual becaria del CONICET; el becario Ignacio Quignard; y como técnicos el Lic. Luis Zamboni y el estudiante Lucas Casenave (actualmente realizando su tesina de grado).

El equipo cuenta también con el apoyo del Ing. Fernando Tentor en el manejo de dispositivos electrónicos/informáticos para la evaluación de puntos de calor; del equipo de trabajo de CENPAT-CONICET, dirigido por el Dr. Héctor del Valle, investigador del CONICET; y de técnicos de CICYTTP-CONICET Diamante en lo referente a actividades de campo y relevamiento en estos ecosistemas.

Además, el CICYTTP-CONICET Diamante, bajo la dirección del Dr. Noriega, ha proporcionado infraestructura y logística.

Fuente: Área Comunicación Institucional ACTIER.