Profesionales de la Facultad de Ingeniería de la UNLP impulsan la cogeneración de energía. Los investigadores desarrollan estudios para empresas cuyos ciclos de producción se ven afectados por las sucesivas crisis que aquejan al país. Utilizando el residuo de energía producida para otras aplicaciones, el sistema ofrece la posibilidad de sortear el problema a partir de la autogeneración del plus que no les garantiza el sistema centralizado. El desarrollo permite ahorrar entre un 25 y un 30 por ciento de combustible.  

Especialistas de la Facultad de Ingeniería llevan adelante en distintas industrias del país programas que permiten generar a las fábricas su propia energía eléctrica y térmica en forma integrada, utilizando el residuo de energía producida para otras aplicaciones.
Este desarrollo permite optimizar los recursos energéticos y analizar el proceso industrial para detectar posibles integraciones calóricas que ahorren calor y frío.

En el caso de una industria láctea se puede usar el vapor que surge de la pasteurización y transformarlo en generador de más energía para que la empresa lo utilice en otra etapa del proceso de producción, o para calefaccionar sus instalaciones. También se puede reducir el caudal de combustible necesario para producir el vapor en la caldera. Los técnicos de la Facultad de Ingeniería ofrecen el asesoramiento técnico para concretar esta optimización energética que se denomina “cogeneración de energía”.

Esta iniciativa es el resultado de más de diez años de trabajo de la unidad de investigación y desarrollo “Generación Energética, Cogeneración, Ciclos combinados, Uso racional de la energía en sistemas térmicos” (GECCU), del área departamental Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP creada por el Ingeniero Alberto Fushimi, y que actualmente dirige la doctora en Física, María Isabel Sosa. Según explicó a InfoUniversidades Ricardo Pedernera, integrante del grupo de investigación, “la cogeneración de energía permite ahorrar entre un 25 y un 30 por ciento de combustible, comparado con otros sistemas”.

Disponer de poca energía implica parar la planta reducir la producción en los períodos críticos. Al respecto, Sosa y Pedernera adelantaron que en las condiciones actuales, "una forma de mantener los niveles máximos de producción es que nuestras industrias generen su propia energía; para lo que es preciso realizar una auditoría energética apuntando a reducir los consumos al mínimo. En industrias con demandas calóricas, la cogeneración permitiría un menor consumo de combustible con una sola instalación”.

Un sistema de cogeneración tiene la ventaja de que, además de asegurar el suministro necesario para mantener la producción, requiere de un nivel de inversión recuperable en el mediano plazo, dependiendo del tamaño de la instalación. La GECCU realizó estudios de factibilidad técnica y económica para la implementación de sistemas de cogeneración de energía para tres industrias: una empresa de productos lácteos, una textil y una papelera.

Sosa señaló: “Argentina vive una crisis energética desde hace años, dada la baja capacidad de generación instalada y el fuerte desarrollo industrial de los últimos años. Existen pocas inversiones, no sólo en generadores sino también en explotación, distribución y transporte de gas”. Y aseguró: “Los proyectos para los años venideros no alcanzarían a cubrir la creciente demanda energética. Como consecuencia de ello, nuestro país deberá lidiar en el futuro con indisponibilidad energética -especialmente a fines del otoño y durante el invierno-, y la variable de ajuste terminarán siendo las empresas”.

Desarrollo para producir hidrógeno

La unidad de investigación y desarrollo “Generación, Cogeneración, Ciclos Combinados, Uso racional de la energía” colabora actualmente con el grupo GOSE “Optimización de sistemas energéticos” de la Universidad Estatal Paulista “Júlio de Mesquita Filho” de Brasil (UNESP). En el período 2003-2005, Sosa participó del grupo de investigación en el desarrollo de un prototipo que permite producir hidrógeno a partir de etanol puro. Este prototipo suministra combustible a una celda de 1 kW que será instalada en zonas dispersas de la región de Minas Geráis, no conectadas al sistema eléctrico centralizado de Brasil.

Este desarrollo, del que participó la UNLP, será de vital importancia para pequeñas comunidades ubicadas en zonas de difícil acceso, donde los tendidos de las compañías eléctricas no llegan. La celda de combustible alimentada a hidrógeno generará la energía suficiente como para asegurar la iluminación en esos pueblos.

Fuente: http://infouniversidades.siu.edu.ar