La Universidad Nacional del Litoral celebró, este domingo 15 de marzo, una década y media de trabajo ininterrumpido en vinculación tecnológica y transferencia de conocimientos al medio socio-productivo.

El Centro para la Transferencia de los Resultados de la Investigación (CETRI-Litoral) de la UNL, cumplió este 15 de marzo sus primeros 15 años. Desde su creación, en 1994, el trabajo interrumpido provocó modificaciones en su estructura debido a la dimensión y volumen que fue adquiriendo la transferencia de los resultados de la investigación por parte de la Universidad, no sólo a nivel regional, sino nacional e internacional. El resultado fue la conformación, en  2006, de la Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo, dentro de cuya estructura se halla hoy día el CETRI-Litoral.

Como resultado de un plan de desarrollo institucional, el proceso de vinculación de la UNL con el sector socio-productivo y el Estado se ha ido fortaleciendo, lo cual se traduce en una curva de crecimiento ascendente a lo largo del tiempo. Ese fenómeno se produce en el marco de una política de generación de conocimientos, desde la normalización de la democracia en el país, primero, y de la normalización de la propia Universidad a partir de la elección de su primer rector en 1986.

Crecimiento

En 1994, la Universidad considera que una forma de posibilitar la transferencia de tecnologías es la creación de estructuras de interfaces. “Estas son estructuras de gestión que cuentan con la normativa institucional necesaria para identificar fortalezas y capacidades científico-tecnológicas entre sus recursos humanos y generar condiciones que dinamicen a los investigadores. Al mismo tiempo, esta unidad debe ser capaz de identificar las demandas del sistema productivo local y regional para poder trasponerlo con estas capacidades de la Universidad. Esto es el CETRI, la primera estructura formal en materia de vinculación y transferencia tecnológica”, según lo definió su director, el Ing. Daniel Scacchi.
La tarea de interface “evolucionó desde tres contratos que se firmaron en 1994, hasta que nos hemos estabilizado en los últimos tres o cuatro años en un promedio de 250 nuevos expedientes de vinculación por año, y hemos ido creciendo en la facturación anual, como lo reflejan los 15 millones de pesos facturados el año pasado. El objetivo no es facturar sino transferir el conocimiento para que se lo apropie la sociedad, y ésto se ha cumplido ampliamente”.

Fortalezas y Expectativas

El CETRI-Litoral fue el punto de partida de la creación y desarrollo de la actual Secretaría de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo. El proyecto de la UNL, a diferencia de otras oficinas y centros de transferencia de tecnología creados en el país que no perduraron en el tiempo, particularmente, se basa en ciertas fortalezas fundamentales: “Si se quiere transferir hay que tener conocimientos para transferir. La transferencia no es una acción automática de conocimientos que se derraman sobre el medio sino que ha sido nuestra habilidad en el tiempo para buscar los mecanismos flexibles, innovadores, para que eso ocurra. Eso implica poder interpretar requisitorias del medio y buscar las soluciones dentro del sistema científico”, tal lo precisó Eduardo Matozo, secretario de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la UNL.

Para conmemorar estos 15 años de trabajo, los días 16 y 17 de junio se llevará a cabo en las instalaciones de la UNL un Seminario Internacional en Vinculación Tecnológica. El objetivo será “reflexionar sobre el presente y futuro de la vinculación con el medio. El eje principal a debatir será por dónde pasará la vinculación de las universidades con el tejido socio-productivo que nos rodea. Serán convocados con este fin destacados expertos nacionales e internacionales que nos ayuden a reflexionar los próximos diez años en esta actividad principal de la Universidad”, concluyó Matozo.