Cerca de 60 alumnos participaron de la Cátedra electiva Formación de Emprendedores que la UNL dictó en el primer cuatrimestre en Santa Fe y en Esperanza. Además, jóvenes emprendedores egresados de la Universidad compartieron, con los alumnos que participaron de la cátedra, sus experiencias en emprendimientos concretos.
El martes 24 de junio se llevó a cabo el cierre de la 6º edición de la Cátedra Electiva Formación de Emprendedores, que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) dictó durante el primer cuatrimestre y de la cual participaron cerca de 60 alumnos en las sedes de Santa Fe y Esperanza.
La clase de cierre se llevó a cabo en el aula Magna de las facultades de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) y Humanidades y Ciencias (FHUC), donde jóvenes emprendedores graduados de la UNL compartieron sus experiencias en torno a sus respectivas experiencias en el emprendorismo santafesino.
En el inicio, la Dra. María Silvia Gómez Bausela, Directora de Desarrollo Productivo, de la Secretaría de Vinculación Tecnológica, explicó las distintas líneas en las que se viene trabajando para facilitar la detección y el acompañamiento de ideas proyecto, susceptibles de concretarse como emprendimientos productivos, provenientes de integrantes de la comunidad universitaria. Igualmente se invitó a participar de los Gabinetes para emprendedores, como así también de las Jornadas Jóvenes Emprendedores y otros eventos relacionados con la temática emprendedora.
A continuación, siguiendo con la dinámica de ediciones anteriores, los alumnos hicieron entrega del trabajo final que consta de la realización de proyectos factibles para emprendimientos, algunos de los cuales podrán participar de la 3º Jornada de Jóvenes Emprendedores de la UNL a realizarse en noviembre de este año. Se entregaron un total de 20 Planes de Negocios (13 en Santa Fe y 7 en Esperanza) a partir de las herramientas brindadas por la Cátedra Emprendedores, coordinada por la Secretaría de Vinculación Tecnológica de la UNL. Los trabajos versaron sobre proyectos en variadas áreas de aplicación (tecnológicas, agrarias, veterinarias, diseño, etc.), y se tuvieron en cuenta los aspectos económicos, financieros, jurídicos y técnicos necesarios para llevar adelante un proyecto viable.
Poniendo en marcha su negocio
Una idea-proyecto surgida en el seno de la Cátedra Formación de Emprendedores y cuya experiencia fue trasmitida como caso testigo en el cierre de esta 6º edición, es la de Tambo semi-estabulado, intensivo de vacas jersey. El responsable de este emprendimiento es Enrique Buffa quien cursó la Cátedra durante 2007 en Esperanza, participó de las 2º Jornadas de Jóvenes Emprendedores y este año participará de las 3º Jornadas, como caso testigo.
El proyecto de Buffa propone la producción de leche bovina de forma intensiva, dada por la alimentación, compuesta por una elevada cantidad de concentrados y una menor cantidad de pastura (forraje voluminoso). Este tipo de sistema es totalmente opuesto al comúnmente llevado adelante en nuestro país –que se produce leche en forma extensiva-, muy barato pero poco eficiente. Además, se propone un cambio estratégico de raza lechera, utilizando la raza Jersey, que se puede explotar en terrenos sub-urbanos, sin necesidad de poseer grandes extensiones de campo.
Por lo tanto, uno de los objetivos es brindar una alternativa productiva y económica a sectores de campos agrícolas vedados para la agricultura, debido a su cercanía con la zona urbana y el impedimento expreso en la legislación actual para la aplicación de herbicidas y fitosanitarios dentro de los límites dispuestos por el municipio para preservar la salud pública. Respecto a esta problemática, el emprendedor afirmó que “hoy la limitante es el uso de la tierra. La actividad del tambo ha sufrido una decadencia en estos últimos años, porque la agricultura es más rentable. Lo que observé es que en los alrededores de Rafaela, de donde soy oriundo, se generaban terrenos sub-urbanos y hacia ellos se dirigió la idea de nuestro proyecto”. Para la formulación de la idea-proyecto, Buffa añadió: “Había un montón de cosas que yo no las tenía en cuenta y, además, encontré la buena predisposición de toda la gente que trabaja en la cátedra. Me pareció un material humano increíble. Cuando la cursé en Esperanza no eran simples clases, eran charlas humanas. Todo un ámbito ideal para gestar un buen plan de negocio”.
(Fuente: prensa Institucional UNL)