Vinaora Nivo Slider 3.xVinaora Nivo Slider 3.xVinaora Nivo Slider 3.x

Así lo reflejan los últimos indicadores del Gobierno. De todos modos, alcanza al 0.58% del PBI, cuando en países desarrollados llega al 3,5% promedio. La idea es duplicarla para 2010 y nivelar el aporte del sector privado con el público. Hay más investigadores jóvenes.

Si bien aún no está a la altura de otros países desarrollados que destinan a la investigación entre el 2 y el 4% del PBI, la Argentina duplicó en los últimos cuatro años la cantidad de aportes económicos para el sector de ciencia y tecnología: el año pasado el Estado asignó unos 3.768 millones de pesos, un 113% más que lo invertido en 2003.

La cifra, que surge del último indicador elaborado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (SeCyT), implica el 0,58% del PBI nacional. Pese a que ha venido creciendo en los últimos años, aún está lejos de la meta que el gobierno se propuso alcanzar mediante el Plan Estratégico del Bicentenario: llevar la inversión en ciencia al 1% para 2010, un número que rondaría los 8918 millones de pesos.

Sin embargo, el desafío más urgente sería poder equiparar el origen de los fondos para esa fecha. Mientras hoy el sector público aporta el 67% del dinero, cuando el país cumpla los doscientos años el área privada debería destinar tanto como el Estado. Así, ambos dejarían unos 4.400 millones de pesos para sostener la investigación y la tecnología.

Pero lo cierto es que los números actuales distan de esta perspectiva. El sector privado aporta solamente el 0,16% del PBI. Y aunque su participación en la financiación de actividades científicas y tecnológicas se viene incrementando desde 2002, aún estas cifras contrastan con las de países desarrollados, donde el financiamiento privado es superior al 60% del total y su contribución respecto del PBI promedia el 1,5%.

Pese a la diferencia en el contexto internacional, lo cierto es que la inversión ha estado cuesta arriba. "En estos cuatro años se han subsidiado, a través de los distintos instrumentos que administra el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT), más de 2600 proyectos por un monto superior a los 400 millones de pesos", resume Tulio del Bono, titular de la SeCyT desde que asumió el gobierno de Néstor Kirchner.

El funcionario también destacó en el informe de su cartera que los subsidios del Programa de Modernización del Equipamiento (PME) han facilitado la compra de equipos o reparación de los existentes en los laboratorios, los proyectos para generar nuevos conocimientos para la obtención de resultados precompetitivos y de alto impacto, así como los vinculados a áreas de vacancias.

"A través del Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) se aprobaron en este período 1853 proyectos por un monto total de 560 millones de pesos mediante créditos y subsidios", destacó el secretario al referirse al impulso especial que le dieron a la articulación entre la investigación científica y el sector productivo, en especial a las PyMES argentinas.

Más recursos humanos

Otro punto clave para el desarrollo del complejo científico y tecnológico del país es sin duda la cantidad y calidad del capital humano existente. En este sentido, los recursos humanos en I+D tuvo un incremento acumulado del 30% para el período 2001-2006. En la actualidad la Argentina cuenta con más de 42 mil investigadores, 10 mil becarios de investigación y 14 mil empleados de apoyo a la investigación.

Tal como resume el último indicador del Gobierno, el número de investigadores y becarios (expresados en personas físicas) también creció un 23% respecto de 2001 en relación a la Población Económicamente Activa (PEA): en la actualidad se cuenta con 3,4 investigadores por cada mil integrantes de la PEA. De todas maneras, aún existe distancia con los países que conforman la OCDE, donde cuentan en promedio con un valor que supera los 6 investigadores cada mil personas.

Según la SeCyT, el 84% de los investigadores se encuentran realizando sus actividades en instituciones públicas (29% en el sector gobierno y 55% en universidades públicas), mientras que escasamente un 9% desempeñan sus actividades en empresas y el 7% restante en universidades privadas y entidades privadas sin fines de lucro.

La distribución etárea muestra un incremento del primer escalón de la base de la pirámide compuesto por los investigadores y becarios de hasta 30 años, que ha crecido un 19% en su participación comparado con la de 2001, mostrando el resultado de la incorporación de nuevos becarios e investigadores impulsada en el CONICET.

Pese a ello, la mayor concentración continua siendo entre los mayores de 40 años y menores de 59 años, que representan el 47% de los investigadores, lo cuál muestra la particular estructura que tiene la pirámide etárea y el problema de envejecimiento del capital humano. br /   br / En cuanto a la distribución por género, en el conjunto de investigadores y becarios de investigación las mujeres superan levemente el 50%, y llegan a 55% del total de becarios. Comparado con el año 2000, esta mejor inserción de las mujeres en el sistema de I+D se ha evidenciado, en el caso de los becarios, en los dos primeros escalones de la pirámide etárea, mientras que entre los investigadores se produce en la franja de las más jóvenes (menores de 30) y en las que superan los 50 años.

Dónde y qué se investiga

La distribución regional del esfuerzo en ciencia y tecnología es similar a la concentración de la actividad económica del país. En seis distritos que componen la región pampeana (Ciudad de Buenos Aires y provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe) se concentra el 79% de la inversión. Del resto de las regiones la única que incrementó su participación en la inversión fue la región patagónica.

En materia de investigadores, la región pampeana cuenta con el 73,4% y se ha incrementado levemente desde 2001 de forma similar con lo observado con la inversión. Con respecto al resto se destaca la región del Noreste, que incrementó su participación en un 49% en sus investigadores.

En lo referido a la disciplina científica en la que se desempeñan los investigadores se mantienen la ingeniería y la tecnología al frente de las estadísticas: de 20.795 proyectos de investigación y desarrollo ejecutados en 2006 ésta área representó el 31,3%, seguida de ciencias exactas y naturales con el 18,7% y ciencias médicas con el 15,6%.

De los más de 20 mil proyectos, el 51% corresponde a investigación aplicada, un 29% a investigación básica y un 20% a desarrollo experimental. Entre los temas más tratados figuran producción y tecnología industrial (5336 proyectos), protección y mejora de la salud humana (3587) e investigación no orientada (2914).

(Fuente: www.universia.com.ar)