Profesionales de la UNS dan una respuesta ecológica al problema de la disposición de los residuos verdes urbanos, transformándolos en un abono estabilizado mediante el proceso de compostado. Ya procesaron más de 16 toneladas en Bahía Blanca
Transformar un perjuicio en ventaja. Ese parece ser el principal lorgo de un grupo de profesionales pertenecientes a la Universidad Nacional del Sur (UNS), que encontraron la forma de aprovechar toneladas de desechos vegetales y otros residuos orgánicos para desarrollar fertilizantes útiles para la producción de plantas.
Se trata de un programa que si bien funciona como una experiencia piloto en terrenos universitarios, ya lleva unos 5 años de actividad. Surgió en el seno del departamento de Agronomía cuando un grupo de profesores ideó la forma de poder utilizar con otros fines el volumen de residuos que quedan producto de los cortes de césped y arboledas en los espacios públicos de la ciudad de Bahía Blanca.
Tal como dio a conocer la casa de altos estudios, en los últimos diez meses de trabajo se procesaron más de dieciséis toneladas de material, lo que permitió reducir su volumen a la mitad y lograr así su aprovechamiento para fines más rentables.
De esta manera, el equipo integrado por Raúl Santamaría, las ingenieras agrónomas María Aguirre y Marta Commegna, y la alumna Emilce Teruel, próxima a recibirse de técnica superior agraria en suelos y aguas, busca transformar este material generado en forma constante en soporte de cultivos o en aporte para fertilizantes inorgánicos.
Tal como mencionaron los responsables de la iniciativa, el proceso es económico ya que los residuos están generalmente separados de otros desechos: no tienen grandes dificultades de transporte y no producen serios olores.
El producto orgánico final tiene alta calidad y es fácil de almacenar, transportar y utilizar. Actualmente se estudia extender el proyecto a todo el ámbito de la ciudad de Bahía Blanca y la experiencia obtenida podría transferirse a otras localidades.
Los investigadores comenzaron sus trabajos buscando una solución al problema de la acumulación de residuos vegetales y de animales. Ya que no es conveniente depositarlos en rellenos sanitarios -porque éstos se llenan rápidamente-, ni tampoco incinerarlos, (se aumenta la polución del aire) la solución encontrada por los especialistas fue transformarlos en un abono orgánico estabilizado, mediante el proceso de compostado.
Las tareas se iniciaron con los desechos recolectados en el Barrio Palihue, con apoyo logístico de la Municipalidad de la ciudad y con un subsidio de un año de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC).
Para colaborar en su ejecución fueron capacitados dos operarios incluidos en los planes de desarrollo del empleo local. A pesar de que el subsidio concluyó, los investigadores continúan su trabajo e incluso agregaron otros residuos, tanto vegetales como animales.
Mientras tanto, está próximo a concretarse un convenio con el gobierno local para facilitar tareas que ahora realizan con mucho esfuerzo. Una de ellas es transportar la "chipeadora", que aporta la delegación de General Cerri para moler los desechos.
Cómo es el proceso
Los desechos (pasto, hojas y ramas) son almacenados según sus características. Se los va mezclando a lo largo del año, en proporciones adecuadas para el proceso, manteniendo en lo posible una composición constante.
Por ejemplo, según relataron los investigadores, parte de los leños de los árboles podados en invierno (que son triturados), se guardan para ser agregados a los cortes de césped en la primavera.
Las mezclas de residuos verdes son colocadas en pilas que se humectan regularmente, para que puedan actuar los microorganismos naturales que descomponen la materia orgánica. Al comenzar el proceso, la temperatura asciende a unos 70º C.
El calor provoca la pasteurización de los desechos eliminando los gérmenes patógenos y semillas de malezas. Periódicamente se remueven las pilas para oxigenar la masa en fermentación. El compostado dura de 3 a 7 meses, según el material empleado.
Fuente: Portal Universia