Aunque es difícil imaginar la paradoja de que el sol pueda producir frío, en esta ocasión la afirmación resulta correcta. Investigadores docentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) desarrollaron una heladera que funciona con energía solar, o sea, producen hielo utilizando el calor del sol. Ahora, la heladera dejará de ser sólo un proyecto de investigación y cumplirá con su objetivo, será puesta en funcionamiento en una comunidad de productores de leche de cabra del noroeste de Córdoba. La heladera solar nació con la premisa de que sea utilizada en zonas rurales de bajos recursos o en comunidades aisladas de la Argentina donde no llega la energía eléctrica. “Este proyecto surgió en relación con las características de la UNGS, que pretende una salida efectiva de la investigación académica hacia la comunidad. Y pensamos que ésta era una forma de aplicar la ciencia para resolver la falta de energía eléctrica en zonas rurales de nuestro país”, resalta Rodolfo Echarri, investigador docente del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS a cargo del proyecto.
Por eso, tres años después de la finalización del primer prototipo de la UNGS, se realizará una prueba de campo para ver su funcionamiento en una comunidad real. “Nunca me imagine que podíamos hacer algo en un lugar así”, comenta Echarri mientras mira fotos del árido paisaje de La Batea, un poblado del Noroeste de Córdoba, donde se instalará uno de los prototipos.
La UNGS realizará esta prueba de campo junto al Instituto de investigación y desarrollo tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF) de la Región Pampeana del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y a la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC).
La idea es instalar dos heladeras antes de fin de año. Lo singular de la propuesta es que los prototipos, o gran parte de ellos, serán construidos por los mismos pobladores con el asesoramiento de los investigadores docentes de la UNGS y los técnicos del INTA.
Producir frío con el calor del sol
El equipo dirigido por Echarri, e integrado por los investigadores docentes de la UNGS Andrés Sartarelli, Sergio Vera y Ernesto Cyrulies, desarrolló un prototipo con una característica singular: produce el frío cuando el sol desaparece. “La heladera trabaja en un ciclo de 24 horas”, resalta Echarri. El funcionamiento de la heladera se basa en los procesos de adsorción (atracción y retención de una sustancia en la superficie de un cuerpo) y desorción (emisión de un fluido previamente adsorbido) de metanol por el carbón activado.
Tres partes componen el prototipo: un colector, un condensador y una cámara fría. En el colector, ubicado en la parte superior, unos tubos de hierro que contienen carbón impregnado con metanol son expuestos al sol. Con el calor, el metanol se evapora y pasa al condensador, donde se vuelve líquido de nuevo. De noche, cuando la temperatura del colector baja, el carbón vuelve a adsorber el metanol, provocando su evaporación en la cámara fría lo que hace bajar la temperatura y, por lo tanto, genera hielo.
Otra de las características de este refrigerador solar es que mucho más amigable con el medio ambiente que las heladeras convencionales, ya que no utiliza compuestos clorofluorocarbonados, principales responsables del adelgazamiento de la capa de ozono, ni combustibles fósiles para producir la energía necesaria para su funcionamiento.
Fuente: www.ungs.edu.ar