Una analista ambiental propone una tecnología sencilla que utiliza la temperatura del planeta para calefaccionar y refrigerar viviendas. El sistema reduce la emisión de dióxido de carbono y el uso de gas natural. Además de no generar gases de efecto invernadero, esta tecnología también es ideal para aplicar en viviendas alejadas de la red eléctrica o de la distribución de gas natural. A veces, la solución no está frente a nuestras narices. Pero puede que esté bajo nuestros pies. ¿Es posible usar la tierra para calefaccionar y refrigerar una casa? Como parte de su tesis de grado en la Universidad Nacional de San Martín, la analista ambiental Leila Ianelli propone un sistema de acondicionamiento térmico de aire mediante el uso de tubos enterrados. Es decir, a partir del empleo de energía geotérmica.
Se trata de una tecnología simple, en la que el aire del exterior entra por un tubo de PVC enterrado a una profundidad de entre 2 y 4 metros. Allí, la temperatura de la tierra se mantiene constante durante todo el año, en un promedio de 19°C. De esta manera, el aire se va pre-acondicionando a medida que va recorriendo el tubo, emplazado de manera horizontal. Según el análisis, realizado en una casa de Tortuguitas, provincia de Buenos Aires, la mayor eficiencia energética es obtenida con un tubo de unos 75 metros.
“Si la casa tiene una aislación térmica adecuada, se puede obtener hasta un 60 por ciento de ahorro energético”, asegura Ianelli a Argentina Investiga. “Este sistema aún no se aplica en el país, y es un sistema interesante porque no genera gases de efecto invernadero y se reduce el uso de gas”. Por este motivo, también es ideal para aplicar en viviendas alejadas de la red eléctrica o de la distribución de gas natural.
Así, el beneficio es doble. Por un lado, para los bolsillos de los habitantes de la vivienda. Y por el otro, si se analiza desde una perspectiva macro, porque el consumo de energía para acondicionamiento de ambientes representa un 18 por ciento del consumo total del país. Además, en los últimos años, las importaciones de gas natural han ascendido a un promedio que ronda los 5 millones de dólares diarios.
Otra ventaja es que, si bien la temperatura del aire que sale del tubo es próxima al confort (entre 16 y 23°C), este sistema cuenta con la posibilidad de acoplar una bomba de frío-calor para obtener temperaturas más altas o más bajas, según la preferencia de los residentes en la vivienda.
Debido a estas características, el sistema propuesto por Ianelli fue uno de los ganadores en la categoría “Innovación en la universidad” del concurso Innovar, impulsado por el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
“Ahora, me gustaría analizar cómo varían las temperaturas del suelo en otra región del país, por ejemplo, en el norte. Y otro sistema que quiero estudiar es el uso de tubos enterrados, pero en vez de horizontales, verticales, para ver si de esta manera se obtiene un mayor ahorro energético”, concluye Ianelli.
Fuente: Infouniversidades