Científicos de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) desarrollan un método que permitiría a las mujeres poder amamantar mientras realizan su tratamiento para la cura del Mal de Chagas.
La investigación realizada en conjunto con investigadores del Servicio de Parasitología-Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, permitió desarrollar un método para medir la presencia del fármaco benznidazol en la leche de mujeres bajo tratamiento para el por Chagas.
En ese sentido, se informó que la concentración transferida sería suficientemente baja para no afectar al lactante, por lo que las mujeres infectadas podrían recibir tratamiento, que actualmente se suspende durante este período o se indica a la madre no amamantar, para evitar potenciales efectos tóxicos para el bebé.
Al respecto, se recordó desde la CIC dependiente del ministerio de Producción, Tecnología y Ciencia de la provincia que “el Chagas es la enfermedad endémica más importante de Sudamérica, ocupando más del 50% de los recursos sanitarios respecto del total de las enfermedades endémicas de la región”.
“Este nuevo método permite separar los lípidos y proteínas de la leche, los que son sucesivamente filtrados y finalmente inyectados en un equipo que detecta y cuantifica la cantidad de droga presente en la muestra”, se valoró.
“Este nuevo método permite separar los lípidos y proteínas de la leche, los que son sucesivamente filtrados y finalmente inyectados en un equipo que detecta y cuantifica la cantidad de droga presente en la muestra”El investigador de la Planta Piloto Multipropósito-Laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico, Guido Mastrantonio, sostuvo que “hemos podrido encontrar que la concentraciones que aparecen en la leche de una madre serían bajas para que signifiquen un riesgo para el bebé”.
“Esto es importante porque una madre chagásica sólo accede con preferencia al sistema sanitario en el período del embarazo y post parto, por lo que si se les pide que regresen para iniciar el tratamiento cuando terminen la lactancia, muy probablemente no lo hagan o regresen cuando la enfermedad ya se ha hecho incurable por sus daños efectos crónicos inhabilitantes”, aseguró.
Mastrantonio indicó que reciben del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez muestras de pacientes tratados con el fármaco, que se procesan y se miden usando métodos previamente desarrollados en el mismo laboratorio.
“Con esto buscamos correlacionar estos valores con los perfiles de los pacientes, la eficacia terapéutica y los eventos adversos, obteniendo datos que pueden permitir ajustar las dosis de la terapia para cada tipo de paciente”, agregó.
Por otro lado, Mastrantonio remarcó que “la industria farmacéutica no encontró en los enfermos de Chagas un mercado de interés, de manera que no han existido grandes esfuerzos por parte de esas empresas para el desarrollo de mejores tratamientos”.
Actualmente, los fármacos para el Chagas sólo se dispensan a través de los sistemas públicos de salud: “Esto es porque es un tratamiento riesgoso, lo que implica que el médico tiene que estar encima del paciente para asegurarse de que no haya efectos adversos; y porque es una enfermedad de pobres, es decir, fundamentalmente el acceso al sistema de salud por parte del chagásico es a través del sistema público”, consideró.
La enfermedad de Chagas es en la práctica la enfermedad endémica más importante de Sudamérica, ocupando más del 50% de los recursos sanitarios respecto del total de las enfermedades endémicas.
La misma es producida por un parásito, que comienza con una infección en una etapa aguda, que una vez que desaparece se convierte en una enfermedad silenciosa que a largo plazo dará un paciente inhabilitado por dolencias cardíacas, digestivas y una serie de otras dolencias que disminuyen en mucho su expectativa laboral y de vida.