Al estudiar la salud del roedor más grande del mundo, investigadores de la UNL y el Conicet identificaron una estrategia de preservación inédita. Mientras que los otros mamíferos muestran inmunosupresión, el estrés crónico estimula las defensas de los carpinchos.

Los carpinchos son raros, o al menos es singular su respuesta al estrés. Resulta que mientras las investigaciones muestran que en condiciones de estrés se inhiben las defensas de los mamíferos, un estudio en carpinchos mostró un resultado inesperado. Estos roedores expuestos a estrés crónico mostraron una estimulación de algunos componentes del sistema inmune. Se trata de resultados inéditos sobre la salud de estos animales que fueron obtenidos a través de un experimento desarrollado por los científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del Conicet.
Los investigadores denominaron esta estrategia “profilaxis inducida por estrés”, y resaltaron que nunca había sido reconocida antes en otros vertebrados. “Una estrategia similar fue documentada en algunas especies de mariposa, que se anticipan a una mayor circulación de agentes infecciosos generando más defensas cuando son criadas a altas densidades”, afirmó Pablo Beldomenico, director del Laboratorio de Ecología de Enfermedades (LEcEn) del Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral (Icivet Litoral).
“Es fundamental conocer estos aspectos de la historia natural de los carpinchos para llevar adelante medidas racionales de manejo y de conservación para esta especie, tan emblemática de nuestra región, la cual es además un recurso faunístico de suma importancia”, recalcó el docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV).

El experimento
Para evaluar la respuesta inmune de los carpinchos, en situaciones de estrés, los investigadores diseñaron un experimento en el que participaron 27 animales de criadero. Se dividieron en seis grupos similares y cada uno se ubicó en un recinto especialmente construido. Mientras que algunos carpinchos tuvieron una dieta restringida, a otros se les provocó estrés psicofísico al someterlos a manipulación periódica.
La experiencia se extendió por tres meses y, finalmente, los investigadores contrastaron los resultados con los grupos control. “Ambos tipos de estrés produjeron una elevación de los niveles sanguíneos de eosinófilos, células de defensa que actúan en el control de helmintos, gusanos parásitos que incluyen a nemátodes, tenias y duelas”, afirmaron los investigadores.
Según informaron, el estrés nutricional también elevó significativamente los anticuerpos naturales. “Como consecuencia, los carpinchos estresados sufrieron infecciones de mayor intensidad por microparásitos que los controles, pero menores cargas parasitarias de helmintos”, indicaron.
Al investigar los efectos del estrés prolongado, normalmente se halla que el estrés crónico resulta en inhibición de las defensas. Esto ocurre en varias especies de vertebrados, incluido el hombre.
Los resultados del experimento en carpinchos fueron sorpresivos por partida doble. Por un lado, porque el estrés crónico estimuló parte de su sistema inmune, en lugar de suprimirlo. Y, por otro, porque esta estrategia constituye una respuesta inmune inusual. “La respuesta inmune de los vertebrados se desencadena ante la infección. Los carpinchos mostraron también tener una respuesta profiláctica previa a la infección, que se anticipa a situaciones en las que el riesgo aumenta”, señalaron.

Estresados
Condiciones naturales como los períodos de sequía o inundación, la escasez de alimento y el hacinamiento estresan a los animales en la naturaleza. De acuerdo con lo que detallaron los investigadores, el traslado masivo de la hacienda al hábitat del carpincho producto del avance de la frontera sojera también puede estar siendo otra importante fuente de estrés.
“Por la forma de pastorear de los carpinchos, cuando queda poco pasto puede darse que se alimenten más cerca del suelo, lo que los vuelve más proclives a ingerir huevos y larvas de parásitos”, comentó Ayelén Eberhardt, quien está realizando su tesis doctoral abordando este tema.
“Anticiparse invirtiendo en defensas contra helmintos resultaría una muy buena estrategia”, agregó.