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Los fundadores de ElectroSmart desarrollaron un prototipo de electrocardiógrafo portátil para dispositivos móviles. Están próximos a su lanzamiento, para el segmento de veterinaria. Entre sus principales canales de promoción figuró la participación en premios. Transmitir por un software la información de un electrocardiograma a cualquier dispositivo móvil, sin la necesidad de utilizar ningún tipo de cable, fue la idea que impulsó el proyecto. Nacida de un grupo de compañeros de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca), estudiantes de Ciencias de la Computación, y pulida en charlas de café con amigos y empresarios, el ElectroSmart ECG se fue haciendo realidad una vez que el proyecto tuvo buena recepción en concursos de estímulo al emprendedor.

El financiamiento
El primero de ellos fue ECapital, que financió el emprendimiento con $ 50.000, como ganadores de la edición 2012 (diciembre), sobre unos 180 proyectos totales. Después, vinieron el segundo puesto en el concurso Jóvenes Emprendedores del Banco Santander Río, por el cual recibieron $ 30.000, y el Crédito Fiscal de $ 35.000 a cobrar a fines de 2013, otorgado por la Comisión de Investigación Científica de la Provincia de Buenos Aires (CIC). 
Fue en ese momento que, Guillermina Cledou (25 años), Jonatan Vainstein (26), José Francisco Manera (25), Marcos Chaparro (26), Claudio Delrieux (51- Investigador del Conicet) y Pablo Abel Obreque (31) sintieron que el prototipo tenía potencial de llevarlos a más. “Había que pulir la idea y buscar un mercado y focalizarlo en un producto flexible y económico. Estamos en última etapa de desarrollo”, sostiene Obreque, que se unió al proyecto como economista para realizar el plan de negocios y presentar a programas de estimulo de base tecnológica. 
Los emprendedores invirtieron inicialmente entre $ 10.000 y $ 15.000 para el desarrollo del software y para darle el primer empuje a la idea. En esa instancia, se unió Chaparro como ingeniero Electrónico para colaborar en el desarrollo del prototipo: un transmisor de la información (que puede ser puesto en una cartera o bolsillo) procedente de 12 sensores cutáneos, conectados a través de un cable conector. “Lo novedoso del electrocardiógrafo portátil es que se conecta vía bluetooth a cualquier dispositivo móvil que tenga esta conectividad y el software se encarga del análisis y representación de los datos, además de permitir compartirlos vía Internet con otras personas a través de archivos PDF”, afirma Obreque. La aplicación se instala en el teléfono o computadora y ejecuta la información del electrocardiograma, esto es, gráficos que revelan la señal cardíaca (igual que un electrocardiograma normal), con el beneficio de que cualquier persona puede realizarlo por sí misma y enviarlo a su médico. “Está destinado a cualquier persona, sobre todo aquellas que hacen actividad física, que se tengan que controlar regularmente o personas con problemas cardiológicos. La idea es tratar de pre-diagnosticar cualquier anomalía”, destaca Obreque. 
Si bien, todavía, el dispositivo no está en el mercado, la idea de los emprendedores pasa por enfocarse en el mundo animal, con equipos que estarán listos para veterinarios o personas que posean animales y que requieran controles regulares, tanto para su crianza o comercialización. “Para el diagnóstico en humanos, se requieren pruebas y certificaciones más avanzadas. Estimo que, hacia fines de año, estaremos lanzando”, agrega el emprendedor. En primer término, el equipo tendría un precio de entre $ 2.000 y $ 3.000, calcula. La facturación proyectada para este año alcanzaría $ 1,25 millones.

La última etapa
Aunque todavía el proceso de fabricación es manual, en donde se ensamblan los insumos importados y el desarrollo del software, el objetivo para cubrir una potencial mayor demanda pasa por expandirse. Para eso, los seis entrepreneurs ya trabajan con la empresa Unixono, con la que esperan impulsar la última etapa de desarrollo del software. 
Para encarar sus próximos desafíos, entre los que se encuentran las certificaciones, desarrollos y el lanzamiento de marca, los emprendedores participan de Desafío Intel, el Open Talent BBVA y el Programa Frida fiel a su experiencia de que competir siempre ayuda a crecer. Manuel Parera