Se presentó el reactor que permitirá obtener vinagres y bioetanol, entre otros productos de valor agregado. También se utilizará para actividades de enseñanza. Su diseño y construcciónes de investigadores de la UNL y fue financiado por la Cervececería.

El reactor escala piloto para el tratamiento de efluentes líquidos industriales ya se encuentra funcionando en uno de los laboratorios de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). El equipo permite obtener vinagres y alcohol entre otros productos que otorgan valor agregado a corrientes de descarte de cervecería.
El equipo, íntegramente diseñado y proyectado por investigadores del Departamento Medio Ambiente de la FICH-UNL, del INTEC y de la Cervecería, fue construido en talleres de la ciudad de Santa Fe, bajo la supervisión de especialistas de estas instituciones, y financiado con aportes de la Cervecería. 
Para presentar este desarrollo se realizó un acto esta mañana, en el 2º piso de la FICH-UNL donde está instalado el reactor a escala piloto. La presentación fue encabezada por el rector Albor Cantard y contó con la presencia del gerente industrial de Cervecería Santa Fe Eduardo Cetta, el decano de la FICH Mario Shcreider, autoridades universitarias, docentes y personal de la firma, quienes también pudieron observar el funcionamiento del equipo y escuchar cómo nació la idea germinal del proceso de parte de Miguel Isla, director del Departamento Medio Ambiente y docente investigador de FICH-UNL. 
“Reafirmamos una etapa de firme trabajo entre la Universidad y la Cervecería Santa Fe, de la que este reactor es fruto, pero también se viabiliza en otros proyectos en marcha, como son becas y desarrollos que unen a la generación de conocimientos con la industria”, aseguró Cantard y resaltó una vez más la oportunidad de celebrar el vínculo de la UNL y la firma, que es muestra de una institución que estrecha las relaciones con la sociedad, y escucha sus problemas y demandas. “Nuestra Universidad celebra que sus actividades no se agotan en la formación sino que permanentemente alienta la investigación y los desarrollos que luego se transforman en información experimental para nuevos desarrollos”, indicó Cantard.
Por su parte, Cetta destacó el proceso que permite convertir desechos en productos con valor agregado. “Es un proyecto apasionante que nos ha llevado a indagar en mundos desconocidos para nosotros, como el vinagre gourmet por ejemplo”, expresó para destacar también que es un paso más en la relación universidad- empresa que lleva varios años de afianzamiento.

Más de valor agregado
El docente investigador que comandó el equipo que diseñó el equipo, Miguel Isla, explicó que “se trata de un reactor de acero inoxidable, altamente resistente a la corrosión, de 8 litros de volumen útil, equipado con una turbina de alta capacidad de aireación y sistemas de control automático de temperatura de última generación”. El equipo se encuentra a escala piloto, previa a la industrial. Importar uno para similar prestación hubiese implicado una erogación de alrededor de 120.000 pesos.  
Si bien este equipo fue concebido para el tratamiento de corrientes de descarte de cervecerías con obtención simultánea de productos de valor agregado, como por ejemplo el vinagre de cerveza, su utilización permitirá obtener también valiosa información experimental para otras líneas de trabajo que se desarrollan en el Departamento Medio Ambiente y que están relacionadas con la producción de bioetanol a partir de efluentes de la industria de bebidas azucaradas o de vinagre de sidra, entre otras. “Asimismo, se empleará en trabajos prácticos de la carrera Ingeniería Ambiental que se dicta en la FICH, contribuyendo a una mejor formación de los estudiantes, y en trabajos experimentales de alumnos del Doctorado en Ingeniería, Mención Ambiental, que se encuentran realizando sus tesis en temas afines”, completó el docente.  
Cabe destacar que el sistema fue testeado exitosamente y se encuentra operando a pleno en el Laboratorio de Química y Ambiente de la FICH.