Hace un año, en diciembre de 2011, Carolina Sedrán, Ana Martínez y Valentina Santellán se recibían de Diseñadoras Industriales. Ni se imaginaban que un año después su tesis iba a recibir el segundo puesto en el megaconcurso nacional INNOVAR, en la categoría de su disciplina.
Las jóvenes diseñadoras crearon un material termoplástico al que llamaron “Manímero”. Su nombre hace referencia a una parte de su composición: el tegumento de maní, la piel rojiza que se le extrae a este grano y que produce 10 mil toneladas anuales de desecho industrial solo en la provincia de Córdoba.
El innovador material surge luego de procesar una cierta cantidad de tegumento de maní y una base de resina termo plástica (polímero). Las jóvenes hicieron experimentos particularmente con dos: PVC y PE (polietileno).
“Hicimos pruebas, y concluimos que no se le puede agregar más de un 30% de fibras (tegumento), sino el material pierde propiedades”, comenta Ana. Para realizar las pruebas, las entonces estudiantes pidieron prestado una máquina inyectora para hacer maderas plásticas. Tras mezclar y procesar la cáscara de piel del maní y los plásticos, se extrude el material en forma de grageas (“confites” plásticos), se embolsan y se trasladan al hipotético fabricante.
Se probaron exitosamente en tres procesos productivos en los que puede servir “Manímero”: inyección, rotomoldeo y extrusión. (Ver imágenes de muestras)
“De acuerdo al plástico utilizado y a los aditivos que se le agregue, planteamos materiales con distinta dureza, ello amplía el espectro de posibilidades de futuros materiales”, apunta Carolina Sedrán.
El costado más original del proyecto es la utilización del tegumento del maní, que en Córdoba está al alcance de la mano. Argentina es una de los mayores productores mundiales de maní. Es el segundo sector económico más grande de la provincia de Córdoba y emplea a unas 12 mil personas en más de 30 localidades. Según la Cámara Argentina del Maní, en 2011 se realizaron exportaciones por un valor de entre 650 y 700 millones de dólares.
Argentina exporta especialmente manufacturas y derivados, como harinas, aceites, pastas y manteca de maní. Todos productos que requieren extraer el tegumento y producir desechos. “Cada año se producen diez mil toneladas en Córdoba de tegumento cuyo gran volumen, alta volatilidad y fácil descomposición dificultan su acopio y disposición”, advierten las jóvenes premiadas.
¿Cómo insertar “Manímero” en el mercado de las maderas termoplásticas? “En nuestro país- dicen las diseñadoras-, este mercado está plagado de productos importados, especialmente de China. El material que nosotros ideamos sería de fabricación nacional y más ecológico que los que se encuentran, y además colaboraría con la problemática de los desechos que genera la industria manisera”.
Dicen las tres emprendedoras que ahora les resta hacer un estudio orientado a evaluar la factibilidad y la inserción del material en el mercado. “Es la parte más difícil, porque nosotros no somos empresarias”, dice Ana. “A nosotros nos entusiasmaba hacer un aporte a manera de devolución a la sociedad que nos permitió formarnos y con una material que tuviera un potencial uso concreto“, dice Carolina. “Ahora debemos “bajarlo” a la realidad”.