Un estudiante de ingeniería electrónica de la Universidad Tecnológica Nacional de Villa María creó un aparato que automatiza el proceso de cebado. Funciona con fichas, como las máquinas expendedoras de café. Roxana Salguero (Agencia CTyS) – Para el que se olvidó el equipo de mate, para el que se cansó de que se le rompa el termo, para el que toma poco y le da modorra preparar todo. Para que nadie se quede con las ganas de tomar unos ricos mates, Marcelo Coppari, estudiante de la Universidad Técnológica Nacional de Villa María, logró automatizar todo el proceso de la tradicional infusión argentina.
Emulando a las máquinas que sirven café y té, el joven veinteañero fabricó un artefacto que, con solo colocar el mate vacío en la base y configurar la máquina a gusto, permite cebarlo de manera absolutamente automática.
En diálogo con CTyS, Coppari contó que su objetivo fue el de poner a disposición una máquina cebadora de mates en espacios públicos o en lugares donde no se puede contar con el espacio o con los elementos suficientes para realizar una “mateada”.
La innovación funciona con fichas que ofrecen un máximo de cinco cebadas de mates por cada una y, a su vez, pueden preparar el mate hasta siete personas al mismo tiempo. Además, la máquina posee una pantalla LCD que informa acerca del proceso que se está llevando a cabo.
Para la primera “vuelta”, el usuario podrá colocar el mate vacío y la bombilla en el lugar dispuesto para que se le agregue la yerba y el agua. Además, entre las diferentes opciones, la máquina da la opción de elegir mate amargo, semi amargo, dulce, muy dulce o edulcorante, todos con la temperatura exacta que necesita el agua.
“Se oprime un botón para el primer mate y otro para los cuatro restantes. Si no se selecciona la opción indicada, por defecto, la máquina procede a cebar con la última opción ingresada. Realiza el proceso completo, pero no tira la yerba al culminar la ronda”, cuenta, con humor, Coppari.
Esta “cebadora de mate” se basa en un proceso de digitalización, porque posee un sistema de códigos de barras que permite reconocer y realizar rigurosamente los comandos indicados por el usuario al comenzar la primera cebada.
La ingeniosa invención se conecta a 220 voltios y puede cargar hasta diez litros de agua, un kilo de yerba, dos de azúcar y edulcorante, a los que mezcla mediante un mecanismo electrónico.
La tradición de tomar mate
La máquina ya fue probada por alumnos de UTN-Villa María y tuvo una aprobación generalizada. En diálogo con la Agencia CTyS, Coppari destaca que “la premisa era solucionar un problema a quienes, por distintos motivos, se quedan con las ganas de tomar mate”.
En esa misma línea, hizo hincapié en lo incómodo que resulta cebar mate en un ámbito laboral o de estudio. “En mi caso, me encanta tomar mate. En esas situaciones, es muy útil. No pretendo romper con ninguna tradición o simbología. Es más, creo que contribuye con una costumbre muy nuestra”, remarca.
La “cebadora” está en proceso de patentamiento en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). “El único prototipo existente sigue siendo evaluado por los ‘testeadores voluntarios de mate’ de la universidad. Afortunadamente, está funcionando muy bien, pero no persigo fines comerciales.”, concluye Marcelo Coppari.