Fuente: www.unl.edu.ar
Un proyecto de investigación de la UNL propone un método novedoso y de bajo impacto ambiental para el tratamiento de efluentes líquidos de fábricas de bebidas gaseosas. Además de eliminar contaminantes, este proceso permite obtener etanol, ampliamente demandado por el sector energético en la actualidad. El etanol se obtiene generalmente del azúcar o almidón del maíz y de la caña de azúcar, entre otros cultivos. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) descubrieron una fuente alternativa para producir este biocombustible, principalmente demandado por el sector energético: los efluentes de la industria de bebidas gaseosas. “No se conocen antecedentes acerca de la utilización de este tipo de efluentes como materia prima para la producción de etanol. En este sentido, la propuesta es novedosa. Permite, simultáneamente, disminuir la carga contaminante de los efluentes y obtener bioetanol como producto de valor agregado. Además, este proceso es de bajo impacto ambiental porque no genera contaminantes adicionales”, explicó Kevin Schanton, estudiante de Ingeniería Ambiental de la FICH que participa en este proyecto, dirigido por el Dr. Miguel Isla y codirigido por el Dr. Raúl Comelli.
En menos tiempo y a menor costoLos efluentes de la industria de gaseosas, particularmente los generados por productos de “descarte” --cuando son retirados del circuito comercial por vencimiento o falta de gas, por ejemplo--, contienen altas concentraciones de azúcares y otros componentes que obligan a realizar operaciones de tratamiento biológico antes de su disposición final para no contaminar el ambiente. Los costos y la duración de los procedimientos convencionales suelen ser elevados en relación con el proceso que proponen los investigadores de la FICH, basado en la fermentación alcohólica mediada por levaduras. “Las operaciones clásicas de tratamiento de efluentes requieren equipos costosos que consumen mucha energía. La posibilidad de obtener simultáneamente productos con valor de mercado, como proponemos en nuestro proyecto, permitiría reducir esos costos. Además, el tiempo de tratamiento con este método es menor”, puntualizó Schanton.En la actualidad, el bioetanol es altamente demandado, entre otros factores, para dar cumplimiento a la Ley Nacional 26.093, la cual establece la obligatoriedad de mezclar el 5 % de alcohol anhidro en nafta. Según la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol, en el país se comercializan alrededor de 4.500 millones de litros de bebidas gaseosas por año. “Si consideramos un descarte del 2% de gaseosas comunes, sería posible obtener alrededor de 3.000 toneladas de bioetanol por año, lo cual contribuiría a aumentar la producción de este biocombustible en el país a partir de una fuente no convencional, en forma sustentable y aplicando una estrategia de bajo a nulo impacto ambiental”, cerró Schanton.
Reconocimiento  Este proyecto, denominado "Producción de bioetanol como estrategia de bajo impacto ambiental para el tratamiento de efluentes de la industria gaseosa", obtuvo el noveno lugar en un orden de mérito de 20 trabajos seleccionados en la convocatoria a Becas de Innovación Tecnológica, realizada por la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe.Este reconocimiento permitirá consolidar el funcionamiento del grupo de investigación de la FICH que está trabajando en esta temática, mediante la adquisición de insumos, equipamiento y bibliografía específica, así como la incorporación y formación de jóvenes estudiantes."Me alegra que una entidad como la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe contribuya al desarrollo de proyectos de esta índole, permitiendo que jóvenes como yo puedan insertarse en la investigación y mejorar su capacitación. Es la primera vez que me otorgan una beca de este tipo y estoy muy contento por ello", reflexionó Schanton.