Se llevó a cabo ayer en la Incubadora de Empresas de Ámbito Regional (IDEAR), ubicada en la ciudad de Esperanza, el acto de egreso de dos emprendimientos que han finalizado el proceso de incubación.
Los dos emprendimientos que culminaron el proceso que incluyó instancias de formación y asesoramiento técnico, utilización del espacio físico y orientación para la obtención de financiamiento son: COVI Panel, de Héctor Leonardo Salteño, y Tonos Gráficos, de Pablo Lisowyj y Lorena Garetto.
Durante el acto de entrega de certificados de egreso los emprendedores agradecieron a las autoridades responsables de IDEAR por las herramientas y la orientación brindada en sus respectivos procesos de incubación.
La incubadora es una iniciativa de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y la Municipalidad de Esperanza, a través de la cual se generan las condiciones necesarias para que los emprendedores puedan desarrollar sus proyectos productivos y de base tecnológica.
En representación de la UNL, el director de Desarrollo Productivo, Julio Talín, expresó que “este egreso significa la culminación de un ciclo, que comienza a partir de este ecosistema emprendedor que hemos conformado en conjunto, con el objetivo de fortalecer el desarrollo del territorio”.
En tanto, Mauricio Caussi, subsecretario de la Producción de la Municipalidad de Esperanza, sostuvo que “cuando fue pensada esta Incubadora estaba dirigida a proyectos puramente innovadores del sector agroindustrial. Con el correr de los años fue adoptando un carácter diferente. Hemos flexibilizado los objetivos iniciales en aras de ir conformando una masa crítica lo cual se refleja en la dinámica de trabajo que ha ido creciendo y en la cantidad de emprendimientos que transcurren por este espacio que se va incrementando”.
Nuevas futuras empresas
En el 2013 ingresaron a IDEAR nueve emprendimientos: C & E Automatización, desarrollo, producción y comercialización de máquinas automatizadas para la industria de la madera; Ambientec, generación de biogás y asesoramiento técnico industrial; Terra Costa, desarrollo, producción y comercialización de kits de vajilla y elementos utilitarios ergonómicos; Cooperativa de Trabajo Atelier Ltda., taller textil para producción y comercialización de indumentaria de trabajo; Puertas Placas Esperanza, producción y comercialización de puertas placas estandarizadas por medio de un sistema continuo; La Griso, producción y comercialización de confituras de frutas de estación; Fabricación de Tornillo-Clavo, fabricación de clavos estriados de simple extracción; Poli- reciclado Esperanza, reciclado y comercialización de polietileno de baja densidad; e Hidroponia de Hortalizas, producción y comercialización por medio de cultivo hidropónico.
Todos los emprendedores cuentan con perfiles y experiencias disímiles, pero algo en común: la necesidad de contar con una estructura que los ayude a transitar los primeros pasos.
En palabras de Germán Weiner, de Puertas Placas Esperanza: “La herramienta que brinda IDEAR es el empujoncito inicial que todo emprendedor necesita. Recibí asesoramiento legal, contable y económico financiero, además de poder contar con la infraestructura necesaria para desarrollar el proyecto”.
Respecto a la etapa de incubación, Rodrigo Márquez, de Ambientec, sostuvo que “IDEAR nos da el respaldo de contar con el apoyo de la Universidad, además nos brinda mucha ayuda en capacitación de forma gratuita en temas que no son los específicos nuestros. Pues tenemos conocimientos muy técnicos, pero muy pocos con relación a desarrollo de proyectos, plan de negocios o aspectos jurídicos. Estas herramientas son las que nos motivaron a ingresar a la Incubadora”. Su compañero, Carlos Cantero Dupont, añadió: “El problema que tenemos los ingenieros es que no tenemos conocimientos en abogacía o contabilidad, y aquí en IDEAR contamos con un equipo interdisciplinario que nos ayuda en todos estos temas”.
En cuanto a la decisión de ingresar a IDEAR, María Priscila Pez emprendedora de Terra Costa, sostuvo: “Teníamos las herramientas y los conocimientos pero necesitábamos un espacio físico. Una vez incubados, la Incubadora nos ofreció asesoramiento que nos permitió terminar de definir el perfil de cómo íbamos a continuar trabajando y de perfeccionar la idea inicial que teníamos”. A partir de su experiencia, la emprendedora manifestó: “Al principio uno tiene una idea utópica, un sueño, que luego de mucho tiempo lo transforma en realidad. Ahí te enfrentas a la necesidad de adquirir herramientas no sólo materiales sino del conocimiento de cómo hacer el negocio. Desde la Incubadora nos insisten con la importancia de contar con un buen plan de negocios y, desde mi experiencia, eso fue fundamental para poder crecer como emprendimiento”, sostuvo.