El abogado, Franco Venditti, y la biotecnóloga, Gabriela Pérez Terrazzino, formaron parte de la delegación que obtuvo cuatro distinciones en las últimas XXII Jornadas de Jóvenes Investigadores en Valparaíso, Chile. “Una gran experiencia y muy buena calidad de trabajos presentados”, son algunas de las frases que repiten los jóvenes investigadores de la UNT, Franco Venditti y Gabriela Perez Terrazzino, cuando repasan los días vividos durante las XXII Jornadas que se realizaron del 29 de septiembre al 1 de octubre en Valparaíso, Chile.
Junto a María Virgina Basualdo y María Zoleica Simón Solá , los antes mencionados recibieron cuatro distinciones luego de participar, exponer y defender sus trabajos entre 700 competidores provenientes de Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay.
“Nosotros advertimos como problema a investigar que estamos formando abogados que no conocían verdaderamente la realidad de los sistemas penales. Entendemos que durante los primeros dos años de la formación estrictamente jurídica se abordan las disciplinas penales desde un punto de vista normativo”, expuso Franco Venditti acerca de su trabajo en el área de Educación para la Integración sobre la Enseñanza del Derecho y la Cárcel. “Mi proyecto en sí es un emergente de la Cátedra de Criminología que deja de hacer un análisis dogmático de la ley para volcarse a una sociología del delito donde se evalúa nuestra práctica pedagógica, por eso, el enfoque es original”, argumentó. “Nuestra cátedra se caracteriza por visibilizar el fenómeno de las cárceles y buscar soluciones alternativas”, indicó.
En tanto, la línea de investigación que Gabriela Pérez Terrazzino indagó hacia referencia al área de agroalimentos y la detección y caracterización molecular de escherichia coli 0154 en productos cárnicos y medias reses bovinas comercializadas en Tucumán. “La incidencia en nuestro país del síndrome urémico hemolítico es de 17 casos cada 100 mil y generalmente ataca a niños menores de 5 años porque su sistema inmune no está muy bien desarrollado y en los ancianos también. Se ha podido aislar acá tanto en frigoríficos como en el expendio de venta esta bacteria con las toxinas que causan la enfermedad”, subrayó la biotecnóloga quien efectúa su proyecto en la Cátedra de Bromatología de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia.
“Estamos en un convenio con la Secretaría de Ganadería y Bromatología de la Provincia para tratar de prevenir y erradicar esta bacteria que se encuentra en el intestino del bovino sin causarles ninguna enfermedad a estos. La mayor contaminación se da en el momento de la faena, en la manipulación del alimento en sí y la mejor prevención es cocinar la carne lo mejor que se pueda para matar la bacteria”, aconsejó Terrazzino sobre los cuidados a tener en cuenta a la hora de ingerir alimentos.