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Fue desarrollada por científicos del CONICET y obtuvo una masiva respuesta inmunológica antitumoral.

El grupo de trabajo liderado por Osvaldo Podhajcer, investigador superior del CONICET y Verónica Lopez, investigadora Adjunta de CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET- Instituto Leloir) creó el UIO-512, un virus oncolítico diseñado para atacar tanto a células malignas como a las del estroma asociadas a un tumor.

Pero, antes de explicar cómo funciona este virus es conveniente saber qué es exactamente el cáncer. Para Podhajcer en la denominación genérica de cáncer se agrupan más de 150 tipos distintos de tumores cuya única característica común es que son provocados por células del propio cuerpo que, en determinado momento, sufren alguna mutación genética que las hace multiplicarse sin control; primero localmente y luego en tejidos distantes mediante el proceso conocido como metástasis.

“La gran diversidad de tipos tumorales hace que no exista una única estrategia efectiva para tratarlos a todos por igual”, comenta. Históricamente, las terapias utilizadas para combatirlos empezaron con la extirpación quirúrgica del tumor, pero con la limitación de que este método sólo es útil para aquellos que son sólidos y no aplicable, por ejemplo, para los tumores de células sanguíneas.

Posteriormente, el descubrimiento de los rayos X a finales del siglo XIX dio origen a la radioterapia, y la segunda mitad del siglo XX trajo consigo el desarrollo de la quimioterapia. Estos métodos, si bien son efectivos para atacar a las células cancerígenas, agreden sin distinguir a las normales de las malignas. La búsqueda de sustancias químicas que actúen solamente sobre las segundas llevó al desarrollo de terapias de mayor precisión como las biológicas, que en algunos casos usan organismos vivos modificados genéticamente para atacar la enfermedad.

En esta línea es que el grupo de Podhajcer modificó – sirviéndose de las bondades de la ingeniería genética- un adenovirus (causante habitual del resfrío común) para lanzar un ataque selectivo contra el tumor. “Los virus en general son partículas capaces de infectar células. Se calcula que existen más o menos un millón de ellos, de los cuales alrededor de 300 mil atacan a los mamíferos incluyendo seres humanos. Lo que hicimos fue utilizar adenovirus que es un tipo de virus bien caracterizado desde el punto de vista biológico, ya que se conoce muy bien su genoma,  se sabe cómo infecta y se multiplica dentro de la célula. Nuestro objetivo era lograr que el virus seleccione el tipo de células a infectar y se multiplique para eliminarlas”, explica el investigador.

El virus oncolítico que se usó en este caso tiene un tamaño cien veces menor al de la célula y ejecuta sus acciones al mejor estilo “caballo de Troya”, ya que le modificaron proteínas que están en su superficie (llamadas fibra) que funcionan como llaves que reconocen receptores, especie de cerraduras presentes en la superficie de las células malignas. Además, el virus UIO-512 es capaz de sensar las condiciones del microambiente del tumor tales como inflamación e hipoxia, que es la baja tensión de oxigeno. Y voilá: he aquí un nuevo horizonte de posibilidades en la lucha contra el cáncer.

Las investigaciones se iniciaron en principio usando virus diseñados  para melanomas – el tipo de cáncer mas agresivo de piel -, después continuaron con tumores de origen gastrointestinal, especialmente páncreas, estomago y colorrectal; y lo último que incorporaron fueron los de orígenes ginecológico tales como los que comprometen ovarios, cuello de útero y útero.

“En todos los casos hemos usado los virus en fase pre-clinica, es decir, que hemos demostrado eficacia terapéutica, ausencia de toxicidad y que todos los parámetros de bioseguridad son normales”, dice el investigador.

Los estudios hechos en distintos tipos de animales mostraron una disminución del crecimiento tumoral en el 100 por ciento de los casos y valores de desaparición tumoral entre un 50 y 80 por ciento, cifras que difieren según el tipo de cáncer. Además, en el caso de cáncer de tipo ginecológico, ya probaron el método con muestras de pacientes con gran éxito. “En esos casos los virus se replicaron efectivamente y eliminaron a las células malignas por completo mientras que en estudios paralelos no tuvieron ningún efecto sobre el tejido normal. El mayor nivel de eficacia terapéutica con ausencia completa de toxicidad lo hemos visto al combinar los virus con la quimioterapia característica que se utiliza en la clínica para cada uno de esos tumores ”, concluye Podhajcer.

Conicet