Mycotech, cuya denominación hace referencia al prefijo Myco que significa “hongo” se trata de una empresa de base biotecnológica que utiliza principalmente hongos. Este proyecto tiene su origen en los resultados de años de investigación en el campo de la Biorremediación de suelos, en particular en la línea de la Micoremediación o Remediación por medio de hongos. María Cecilia Medaura, es Bioquímica y tiene un Doctorado en Ingeniería, ha trabajado durante 15 años en biorremediación de suelos contaminados, y junto a la Ing. Agr. Patricia Arnal es una de las fundadoras de Mycotech.

Mycotech, emprendimiento que se encuentra transitando el proceso de incubación en la UNCuyo, propone una solución sustentable para suelos contaminados especialmente con petróleo. Recientemente recibieron una mención en Mendoza Innova 2014 en la categoría de investigaciones.

¿Cómo de un trabajo de investigación surge esta idea?
Mi tesis de maestría estuvo basada en un estudio sobre la Tecnología de Compostaje, que al ser aplicada al suelo, estimula el crecimiento de muchos microorganismos, entre ellos, hongos. El rol de los hongos en los procesos degradativos se profundizó en el desarrollo de mi tesis de doctorado, donde surgió la idea de preparar un producto biológico que pudiera venderse, llevarse al campo y mezclarse con el suelo contaminado para remediarlo.

El producto utiliza como sustratos para hacer crecer los hongos residuos de otras industrias, lo que también soluciona otro problema y genera un valor agregado.

Por lo que, la idea es un trabajo que soluciona el problema de la contaminación reutilizando residuos, convirtiendo todo esto en un proceso sustentable

¿En qué proceso se encuentra el desarrollo del emprendimiento?
Hoy estoy en el paso de trasladar el trabajo de investigación a un producto concreto. Cuesta mucho porque es todo un desarrollo, hay muchos obstáculos, sobre todo económicos como para hacer una prueba a una escala mayor.

El apoyo que he recibido en la Incubadora de Empresas de la UNCuyo ha sido muy importante para poder plasmar la idea en números, que es lo que sucedió durante el desarrollo del Plan de Negocios. Me han ayudado en pensar y analizar en concreto que las posibilidades están, sólo hay que buscarlas.

Hay ciertas profesiones que parecieran estar destinadas a la investigación. ¿Cómo es esto de emprender?
Emprender nació de iniciativa propia. Si bien siempre me imaginé en un laboratorio, por mi personalidad, estar ahí sin mucho contacto con la gente, emprender se convirtió en una necesidad porque pensé que lo que estudié y esta posibilidad de dar una solución a un problema ambiental, tenía que pasar la puerta del laboratorio.

Hay un problema que son los pasivos ambientales y con ésto podemos dar una solución viable que no genere un impacto sobre otra matriz.

Mencionabas el apoyo de la Incubadora de Empresas de la UNCuyo. ¿Cómo ha sido este proceso de intentar concretar una idea en un emprendimiento? 
Para mí ha sido absolutamente positivo, me han abierto los ojos porque nunca creí que iba a poder transitar este camino. Jamás se me hubiera ocurrido tomar un libro de marketing, hacer un estudio de mercado, analizar aspectos económicos, son aspectos que no estaban presentes en mi esquema mental.

Me ha cambiado el paradigma y todo este proceso de incubación me ha dado la confianza de pensar que emprender realmente es posible.

En este presente tan auspicioso. ¿Cuál es la perspectiva a futuro con este proyecto?
Estamos en la búsqueda de dinero para poder comprar el equipamiento mínimo que nos permita realizar un piloto y tener un laboratorio donde cultivar los hongos y poder probarlos en una mayor escala.

Yo quiero verlo trabajar. Lo que más me motiva es la convicción de que es algo bueno para el ambiente, que es una contribución de la ciencia a la mejora de nuestro entorno. Por otra parte, si el desarrollo del proyecto puede generar un ámbito donde otras personas aprendan, se formen, trabajen y se beneficien con el mismo, siempre en función del cuidado del ambiente, la idea es buena y tiene que concretarse.